La abogada cubana Deyni Terry Abreu exigió este viernes una explicación a las autoridades de la isla sobre el caso del joven afrodescendiente asesinado el miércoles por un policía en Guanabacoa, dado que los relatos de los hechos que se han producido desde esferas cercanas al oficialismo no resultan convincentes.
“¿Por qué han dejado crecer la teoría del rumor?”, cuestionó Terry al gobierno y sus instituciones a partir de las numerosas versiones que circulan sobre el trágico incidente. “Es necesario explicar, pero de manera coherente los hechos. Ya el pueblo tiene instrucción, entonces no puede ser una historia de película. Tenemos que tener la capacidad de hablar y darle argumentos creíbles y no contradictorios a la población”, agregó.
Su reflexión fue el resultado de las incoherencias que detectó en la versión del asesinato dada a conocer por el Guerrero cubano, una página de Facebook llamada a hacer justicia o a contar "las cosas como son", marcada por usuarios como cercana al oficialismo.
En el grupo de Facebook Alianza Unidad Racial, un “proyecto sociojurídico, cultural y comunitario, sin fines políticos ni lucrativos, que trabaja para el mejoramiento de la calidad de vida de personas de antecedente africano, y de cualquier persona que se considere víctima de discriminación, en cualquiera de sus formas”, Terry argumentó que lo expuesto por el Guerrero carecía de sentido y dejaba muchos cabos sueltos.
Según éste, el joven que resultó muerto en Guanabacoa había sustraído una pantalla de un carro de un centro estatal y al avanzar por la vía pública fue requerido por los tripulantes de un vehículo patrullero, quienes le pidieron identificarse.
Hansel Ernesto Hernández Galiano, de 27 años, salió corriendo ante la petición policial y uno de los policías lo persiguió, mientras el otro se quedó cuidando el carro. De acuerdo con lo expuesto por el Guerrero, el fallecido lanzó piedras grandes contra el policía, una de las cuales le habría alcanzado un hombro y otra fracturado una costilla, razón por la cual el agente, “en legítima defensa”, le disparó.
Para Terry, esa historia, “que puede tener una dosis de verdad, deja varios cabos sueltos”. No especifica qué sucedió finalmente con el objeto sustraído ni por qué la versión inicial del asesinato sostenía que el requerimiento fue hecho a partir de que el asesinado no portaba mascarilla de protección por la contingencia sanitaria.
Tampoco detalla por qué el policía que quedó cuidando el carro no avanzó con el mismo para auxiliar a su compañero e interceptar más rápido al huido, cuya persecución, según el relato, se produjo por cerca de un kilómetro. Esa distancia, asimismo, cuando se corre de prisa hace que uno desfallezca, al punto de que lanzar piedras grandes con precisión sea toda una proeza atlética.
De acuerdo con lo relatado por el Guerrero, el tiro alcanzó en la espalda a Hernández, como alegan todas las versiones. Sin embargo, defiende que el agente disparó al suelo o hacia abajo y por error involuntario, ya que la víctima se agachó, fue que lo alcanzó en la espalda.
Para la abogada, “sigue estando mal narrada la versión de El Guerrero. Demasiadas cosas sucediendo a la vez”, sin explicaciones lógicas.
De igual forma, el hecho de que el occiso estaba en libertad condicional por un abuso lascivo contra una menor y llevaba algo sustraído, como explicitan las versiones que defienden directa o indirectamente el obrar policial, entre ellas la del Guerrero, no justifican lo acontecido. Lo primero ya estaba juzgado y lo segundo debía serlo, sin que mediara violencia por parte de las fuerzas del orden.
Por último, Terry defiende que “casi siempre, detrás de un ciudadano con trastornos conductuales, hay una familia negra, pobre, con marginalidad”, que lleva a que preguntarse como sociedad “qué hicimos por ellas para una mejor vida social”.
Este jueves, en entrevista con ADN Cuba, Lenia Patiño, tía del fallecido, precisó que, hasta el miércoles, cuando sucedieron los hechos, a los familiares solamente les habían dicho que Hansel “había fallecido en un altercado con dos policías, le había fracturado unas costillas y uno de ellos le disparó y lo mató”.
“No estaba armado. La familia completa y todos los que lo conocían estamos seguros de que no estaba armado”, aseguró, así como que “era buen muchacho y muy querido”.
Los abusos y arbitrariedades de la policía del régimen cubano, que presume tener una de las mejores cinco policías del mundo, cada vez provocan mayores consecuencias y rechazo social, difíciles de esconder en un contexto donde la ciudadanía denuncia en las redes sociales la represión.