El estado de Florida volvió a rebasar los mil casos de COVID-19 en un día. Este domingo las autoridades sanitarias reportaron mil 180 nuevos positivos de la enfermedad pandémica causada por el virus SARS-CoV-2, lo que eleva el total acumulado del estado a 63 mil 938 casos confirmados.
Respecto a los fallecimientos por complicaciones derivadas de la enfermedad, el último día se registraron otros 12, para llevar el total de decesos a dos mil 700.
Con el aumento en el registro de casos positivos, la situación epidemiológica en el estado del sol dista de la de semanas anteriores, cuando el registro de casos diarios era inferior, hecho que motivó el emprendimiento de la reapertura, incluso en los condados más sensibles.
Sólo en los últimos cinco días, los registros informaron de seis mil 491 casos nuevos, justo cuando restaurantes, peluquerías y tiendas no esenciales vuelven a abrir, aunque bajo estrictas medidas sanitarias y con el compromiso de sólo recibir al unísono a la mitad de su aforo.
Tras el último corte, Miami-Dade sigue siendo el condado con mayor número de casos: 19 mil 547. Le sigue Broward con siete mil 804 y Palm Beach con siete mil 230.
Desde la detección de los primeros casos, 10 mil 942 personas han sido hospitalizadas en Florida, lo cual no significa que todos estén hospitalizados en este momento. De hecho, uno de los requerimientos de las autoridades sanitarias federales para iniciar la desescalada del confinamiento era que la tasa de hospitalización no fuera muy elevada, de manera tal que hubiese camas de servicios intensivos disponibles para los eventuales nuevos casos de gravedad.
El condado Monroe, que incluye las islas de los Cayos de la Florida, tiene hasta el momento 111 casos confirmados, mientras que, en el centro del estado, el condado Hillsborough registra dos mil 748 casos de COVID-19 y Orange dos mil 316.
En el suroeste, Lee acumula dos mil 289 positivos y Collier dos mil 39. Esta distribución del número de positivos acumulados determina que el sur de Florida siga siendo la región con una situación epidemiológica más delicada o, lo que es lo mismo, el epicentro de la epidemia en el estado.