Video en redes muestra a campesino diciéndole más de una verdad a Díaz-Canel

Un video que circula en redes muestra a un campesino diciendo más de una verdad, aunque sin nombrarlo, al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. Con indignación dice por qué no desfila el 1 de mayo
El campesino dice verdades a Díaz-Canel
 

Reproduce este artículo

Lejos de la armonía y “unidad revolucionaria” que pretende el régimen de Cuba, y de la que gusta presumir, falseando una y otra vez la realidad, el discurso oficial, cada día en redes sociales se pueden ver testimonios, quejas y denuncias ciudadanas que denotan la enorme lejanía que existe entre el día a día de los cubanos comunes y el de sus dirigentes.

Una muestra reciente de ello es un video que circula en redes, en el que se ve a un campesino diciendo más de una verdad, aunque sin nombrarlo, al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. Con indignación y evidente malestar o disgusto, el hombre espeta:

“Cuando el presidente venga aquí al campo este, a caballo, nosotros vamos a desfilar. No hay petróleo, estamos en cuarentena. Aquí hace dos meses estamos en cuarentena, hace dos meses no viene una gota de arroz. No hay aceite. Vaya allí a ese mercado para que usted vea, haga un videíto para que vea la aglomeración de personas. Allí no se puede ir. No hay aceite, no hay nada. Nada por lo que desfilar, en mi casa nadie va a desfilar”.

Las palabras del campesino denotan un sentir muy común de hastío ante las exigencias de un compromiso con la llamada “revolución”, que no creen en coronavirus y omiten que coexisten con una escasez generalizada y unas condiciones de vida totalmente incoherentes con todo lo que se ha prometido desde 1959.

Un tuit del periodista cubano radicado en Miami Rolando Nápoles especifica que el campesino es de la comunidad Hermanos Saíz, en la comunidad San Juan y Martínez, en Pinar Del Río, y está respondiendo una pregunta sobre su eventual participación en la celebración por el 1 de Mayo.

 


Pese a la pandemia, el régimen toleró, y de seguro que organizó, caravanas y paradas de entusiastas revolucionarios que vitoreaban, como siempre, a los líderes del régimen, esos que no sufren las penurias de la mayoría de los cubanos día tras día. Poco importó en la jornada del viernes el distanciamiento social. No se organizaron ni impusieron las tradicionales marchas, pero se fomentaron eventos en pequeña escala que igualmente fueron contra los principios de prevención básicos en tiempos de pandemia.

Sin embargo, para el de Hermanos Saíz no había nada por lo que desfilar ni manifestarse en favor del régimen, sino todo lo contrario. Ojalá y sus verdades lleguen a oídos de Díaz-Canel y trasciendan más en redes, aunque será como si no exista, salvo para la Seguridad del Estado.
Los noticieros de la isla seguirán presumiendo unidad y bienestar, en medio de una escasez y crisis tremenda en la que la peor parte se la llevan aquellos a los que a los dirigentes les gusta ver marchar.

 

 

Relacionados