Las tarifas aéreas entre las rutas de Sidney y Melbourne, una de las rutas con más tráfico del mundo, caerán hasta los 12 dólares (19 dólares australianos) como incentivo para los pasajeros, en medio de la crisis aérea debido a la COVID-19.
La aerolínea de bajo coste australiana de Qantas, Jetstar, podría cobrar entre 19 y 39 dólares australianos por esos billetes cuando Australia levante las restricciones de viaje, señaló el responsable ejecutivo de Qantas, Alan Joyce.
“No nos cabe duda de que es necesario un poco de estímulo para que gran parte del mercado viaje nuevamente. Seguiremos cubriendo nuestros costos de efectivo en esos vuelos”, dijo Joyce.
Sidney-Melbourne es la quinta ruta con más tráfico a nivel mundial, con alrededor de 10 millones de asientos al año, según "OAG Aviation Worldwide". La primera ruta en tráfico es la de Jeju-Seúl en Corea del Sur, con 17,4 millones de pasajeros en la era antes del coronavirus.
Qantas espera una apertura del mercado interno antes que las rutas internacionales. La aerolínea dijo que la demanda de vuelos internacionales podría tardar años en recuperarse.
La compañía ha ampliado las cancelaciones de vuelos internacionales hasta finales de julio y solo opera a aproximadamente el 5% de su capacidad habitual de pasajeros en el país australiano.
Las aerolíneas comerciales están entre los negocios más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus. La mayoría de los países del mundo han cerrados su fronteras e interrumpido el tráfico aéreo internacional de pasajeros.
Muchas de las aerolíneas han empezado a despedir personal mientras las fábricas Boeing y Airbus anticipan una larga recesión. Aún los países que han comenzado a levantar las restricciones, al menos para vuelos domésticos, no ven recuperarse la demanda. Por ejemplo en China no se llega al 50% de la ocupación que se tenía antes de la pandemia.
Las aerolíneas mundiales no empezarán a recuperarse de la peor crisis de su historia hasta el último trimestre del año, advirtió el grupo de la industria IATA.
Las aerolíneas se encaminan a sufrir una pérdida neta colectiva de 39.000 millones de dólares este trimestre, ya que la mayoría de sus aviones están en tierra mientras duran los confinamientos y las restricciones de viaje.