Un camarógrafo que trabajó estrechamente con Meghan Markle en el pasado, cuando era una actriz que buscaba aferrarse a Hollywood y no la esposa del príncipe Harry, la calificó de “grosera” y de creerse “diva”.
La definió como una “diva” en el sentido más peyorativo del calificativo y afirmó que no es nada agradable trabajar con ella. Además, dijo que sus colegas en la industria ya la llamaban “la princesa” debido a su comportamiento “difícil” y “demandante” en el set de filmación.
El camarógrafo contó al periódico “Daily Mail” que la entonces actriz de la serie “Suits” llevaba a un gran séquito de personas (alrededor de la docena) con ella a cada producción fotográfica y ordenaba que se respetara una serie de estricta reglas, entre ellas, que no se le grabasen los pies.
El operador de cámara, que permaneció en el anonimato porque todavía trabaja en la industria y quiere evitar cualquier represalia, contó que cuando trabajó en un proyecto promocional con la duquesa en Toronto, Canadá, durante sus días en “Suits”, ya había ganado una mala reputación.
“La gente me decía “prepárate porque ella es mucho con lo que lidiar”. Solían llamarla “la princesa”, de manera burlesca, dijo.
“Cuando la vi, desde el momento en que llegó, ni siquiera sabía quién era y estaba actuando como una gran diva. Era la actitud, cómo hablaba con la gente. Entró con una gorra (de béisbol), escondiendo su rostro, bajó la cabeza y se metió a la sala de maquillaje", expresó el profesional.
El camarógrafo indicó que Markle exigió una marca concreta de champán y un tipo específico de flor para su camerino, además de que no la grabaran mientras se maquillaba.
Según el profesional, necesitaron la autorización de ella para publicar solamente el material, el cual debió limitarse al que fuera de su agrado.
“Era muy exigente y grosera. Miraban a otras personas y reían y se divertían entre ellos. Después de que la cámara se apaga, no es la persona más agradable. Es la jefa”, concluyó.
Las afirmaciones de que la duquesa es una persona de mal temperamento no son de ahora. Personas del palacio de Kensington filtraron que tenía un comportamiento “dictatorial” con sus empleados.
También se ha afirmado que a menudo regañaba a los trabajadores reales, causando fricción con el príncipe William y su esposa Kate Middleton.