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Crisis e incapacidad dejan al régimen de Cuba sin ingresos del turismo

Cuba recibió 1,6 millones de viajeros internacionales en 2022 y quedó por debajo de la meta de los 1,7 millones que previó el régimen

Actualizado: Mon, 05/01/2023 - 14:03

La Feria Internacional de Turismo de Cuba comienza este lunes en La Habana en medio de una profunda crisis que complica la recuperación de un sector a su vez vital -por tamaño y acceso a divisas- para reanimar la maltrecha economía nacional.

Cuba recibió 1,6 millones de viajeros internacionales en 2022 y quedó por debajo de la meta de los 1,7 millones -que partió de un reajuste de la previsión inicial de 2,5 millones-, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei) del régimen cubano.

Aunque vinieron más turistas internacionales que en 2021 (356.470), la cifra queda lejos de los niveles de 2019 (4,2 millones) y 2018 (4,6 millones), antes de la covid-19, que dio al traste con el segundo sector de la economía cubana y su tercera fuente de divisas.

"La recuperación en 2022 fue lenta, mientras que en otros destinos de sol y playa de la región como Cancún (México) y Punta Cana (República Dominicana) el repunte ha sido de casi el doble", comentó a EFE el profesor emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh Carmelo Mesa-Lago.

El primer ministro cubano, Manuel Marrero, reconoció en marzo que en “la situación actual" Cuba "necesita del turismo y de los ingresos que éste pueda aportar a la economía nacional”.

El informe de balance del Ministerio de Turismo de 2022 menciona “problemas con la calidad del servicio, la falta de productos e insumos, el mantenimiento de las instalaciones, el reabastecimiento de combustible, la insuficiente oferta de actividades de entretenimiento, extrahotelera o la conectividad a Internet”.

¿La meta de 3,5 millones es posible?

Los economistas cubanos consultados por EFE no prevén que este año se alcance la meta de 3,5 millones de visitantes internacionales proyectada por el régimen, dada la actual crisis, con frecuentes apagones, escasez de alimentos, medicinas y combustible, y carreteras y otras infraestructuras públicas en mal estado. También incide la represión policial acrecentada en la isla tras las históricas protestas antigubernamentales de julio de 2021 y las constantes violaciones de derechos humanas denunciadas en organizaciones y medios internacionales por activistas y miembros de la sociedad civil.

“En marzo (de 2023) estamos un 40 % por debajo de los niveles de 2019, último año normal antes de la pandemia”, explicó a EFE el economista Elías Amor, quien agregó que “el crecimiento logrado con respecto a 2022 se basa en niveles muy bajos de actividad”.

Por su parte, el profesor cubano Omar Everleny aseguró a EFE que es “muy difícil llegar a niveles de prepandemia”; mientras que su colega Pedro Monreal abogó en Twitter por una “rectificación" de la previsión y estimó un rango para el conjunto de 2023 de entre 2,3 y 3,1 millones de visitantes, con un escenario intermedio de 2,9 millones.

En tanto, Mesa-Lago recordó que "el aumento del turismo en 2023 está impulsado principalmente por los visitantes de Canadá y estos se concentran en la temporada alta debido al frío canadiense, por lo cual este grupo disminuirá fuertemente en la temporada baja".

"Cuba apostó al mercado ruso para compensar la caída en el turismo europeo debido a problemas en la atención y otros asuntos, pero la guerra en Ucrania provocó la caída de ese mercado", acotó.

Menos visitantes y hoteles casi vacíos

Un menor número de visitantes implica una menor entrada de divisas y más dificultades para salir de la crisis económica, que a su vez dificulta la recuperación del turismo, argumentó Everleny.

“La situación tan compleja de la economía afecta al turismo porque, por ejemplo, un turista necesita alquilar un automóvil para moverse por el país y no tiene combustible o a veces en un hotel cinco estrellas no hay los insumos necesarios”, explicó.

Agregó que “es necesario invertir en una industria extrahotelera competitiva porque si el turista sólo va a gastar en el hotel es mínimo el ingreso que tendrá esa instalación”.

Su colega Elías Amor consideró, a su vez, que “ese lento crecimiento impide obtener divisas que el Estado necesita para desarrollar sus programas y funciones, reduciendo el potencial de crecimiento económico”.

“Hay problemas graves de definición de la política turística”, según este académico, que defiende que “el turismo no es un sector motor de una economía", porque "puede ayudar, pero no puede asumir ese papel”.

Para el profesor universitario Jorge Luis Perelló son necesarios "cambios reales y profundos" en factores como el diseño de la oferta de productos y servicios, la captación de nuevos segmentos de mercado y la complementariedad con los demás sectores económicos domésticos que intervienen en la cadena de valor del turismo, entre otros.

La tasa de ocupación hotelera en 2022 fue del 15,6 %, frente al 48,2 % logrado en 2019, según cifras oficiales. “Es muy difícil explicar que se sigan construyendo hoteles con una ocupación tan baja. Esa no es la solución”, subrayó Everleny.

El profesor Mesa-Lago estimó igualmente que “no tiene sentido seguir invirtiendo tanto en turismo y tan poco en la agricultura, cuyo desempeño desastroso obliga a importar 2.000 millones de dólares al año”.

Para Elías Amor, el Estado cubano “desatiende otros renglones de la actividad económica esenciales, como la energía, agua, infraestructuras o vivienda” al seguir invirtiendo en hoteles.

 

(Con información de EFE)