El ex pelotero cubano de Grandes Ligas, el habanero Yunel Escobar contó al blog deportivo Swing Completo por qué había tomado la radical decisión de someterse a una huelga de hambre.
Según sus propias palabras durante cinco días el pelotero de Marianao se declaró públicamente en huelga y solo la levantó cuando su madre así se lo pidió. El propio pelotero explicó luego que él por su madre hacía cualquier cosa e incluso le pidió perdón.
En la entrevista a dicho blog, Escobar dijo que había invertido una gran suma en su negocio particular “Batter Box” en Miami. Además de la compra de máquinas de bateo modernas y otros aditamentos beisboleros, incluyó lo necesario para el confort de baños y de consumo gastronómico.
Pero el mismo le ha generado varios problemas a Escobar, incluidos los gastos constantes. Dice que las condiciones de ese lugar fue el primer problema. Allí resalta el hecho de un espacio menor en la práctica en comparación con lo que aparecía en el contrato. Esto impidió la colocación de una quinta máquina de bateo, la cual había importado desde Japón por un costo de 250 mil dólares.
También la instalación sufría de filtraciones en el techo, situación que se agravó hasta poner en peligro todos los equipos en su interior. Igualmente se sumó al tema relacionado con la venta de bebidas alcohólicas, sin ser un bar, la música que se ponía o el número de clientes en su interior. Todo ello llevó la situación hasta manos de la justicia en Estados Unidos e incluyó la posibilidad real de perder su negocio.
Escobar dijo al blog que más que la pérdida del dinero, su principal preocupación es la forma en que ha sido tratado y que se pierda un espacio casi único en la ciudad de Miami. El hecho casi inminente de perder su negocio le hizo plantarse radicalmente en huelga de hambre.
El ex de Industriales dijo que hubiese llegado hasta las últimas consecuencias de no ser por su madre, que se unió a él y como ya no era solo su vida, desistió. A pesar de que las condiciones siguen prácticamente iguales en lo que respecta a su negocio, dice Escobar que ya se está alimentando, aunque con el mismo decaimiento del día que tomó la radical decisión.