El exatleta y actual federativo del atletismo cubano Alberto Juantorena sigue hospitalizado en estado “crítico estable” en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), de La Habana.
Según el último parte médico de esa institución sanitaria, el excampeón olímpico de 71 años “despierta lentamente” y continúa sin sedación. El reporte comunica que, aunque está “ventilado de manera invasiva en modalidad espontánea”, presenta “parámetros mínimos y adecuada oxigenación”.
Añaden que tiene “secreciones traqueobronquiales moderadas y sin crepitantes”. Además, el último día presentó “cifras de tensión arterial elevadas, por lo que fue necesario incorporar al tratamiento médico hipotensor por la vía parenteral para lograr su control”.
“Mantiene fibrilación auricular con respuesta adecuada. Presentó evento de hematuria macroscópica y tiempo de protrombina abierto, por lo que se transfundió plasma fresco sin complicaciones, disminuyendo la hematuria”, agregó el reporte, que agrega que el paciente está “afebril y se continúa alimentando por levín. Ritmo diurético adecuado”.
No obstante, Juantorena continúa reportado como “crítico estable”.
Esta semana resultaron muy conmovedoras las palabras de su hijo, Javier Alberto Juantorena Díaz, quien publicó un emotivo mensaje de aliento dirigido a su padre.
“Necesito que remontes esta carrera, necesito que le pases por al lado y dejes detrás esas enfermedades que se creen que te van a ganar, necesito colocarte la medalla de la VIDA. Dale, papi, corre”, escribió el joven, residente en Cancún, México.
El pasado 13 de agosto la prensa oficialista dio a conocer que el doble campeón olímpico cubano había sido hospitalizado por complicaciones derivadas de la COVID-19. Una nota publicada en Cubadebate precisó que Juantorena adquirió la enfermedad viral en el exterior de la isla y que presentaba un cuadro de bronconeumonía y descompensación cardiovascular. Más tarde informaron que también había dado positivo a una prueba de dengue.
El llamado “Elegante de las Pistas” fue campeón olímpico en los 400 y 800 metros planos en los juegos de Montreal de 1976, un logro deportivo que nadie más en Cuba ha conseguido hasta la fecha.