Parecía que Estados Unidos había ganado un Nostradamus, un adivinador de desgracias, pero no. Noso, el alias de un fan de Kobe Bryant, resultó ser un falso profeta porque su tuit en el que supuestamente predijo la muerte del basquetbolista resultó ser fake news.
Lo dijo con todas las letras supuestamente hace 8 años: “morirá en un accidente de helicóptero”. Sin embargo, resultó ser uno de tantos tuits en los que Noso se lamentaba de que Bryant volara regularmente en su moderno Sikorsky, al punto de que algún día podría caer del cielo… como ocurrió. Acertó de casualidad.
Al parecer alguien utilizó lo que posteaba el tal Noso –tal vez él mismo- y lo relanzó en este nuevo contexto, para crear expectativa y hacer viral la publicación. En cualquier caso, el malentendido fue aclarado por algunos genios de la informática que investigaron el caso. Los supersticiosos ya no tendrán más razones para elevar los brazos al cielo.
Ahora el asunto corre por otro camino. Lo que se ha hecho viral es la “estafa” de este augurio falso y las consabidas disputas sobre el mal uso de las redes sociales y la propagación de noticias imaginarias.
Ayer ocurrió otro suceso, menos “misterioso” que este, relacionado con Bryant. Felicia Sonmez, una periodista del Washington Post, se ganó la animadversión de muchos internautas por recordar el caso de abuso sexual en el que estuvo implicado Kobe hace años.
Tracy Grant, editor jefe del Washinton Post, confirmó que la periodista “fue desplazada a un puesto administrativo, mientras se decide si los tuits sobre la muerte de Kobe Bryant han violado la política del periódico”.
Fue imprudente, pero no dijo ninguna mentira. El caso ocurrió en junio de 2003 cuando ya Bryant era una estrella del básquet. Estaba alojado en un hotel, a la espera de una operación, en donde conoció a una trabajadora de 19 años a la que forzó a tener relaciones sexuales, como comprobaron las pruebas de ADN y él mismo confesó después arrepentido.
En septiembre de 2004, la Justicia desestimó el juicio contra él debido a que la joven no tenía voluntad de testificar. El caso continuó, pero se dio por cerrado en el 2005, luego de que Bryant y la denunciante llegaran a un acuerdo económico. Aunque este nunca trascendió oficialmente, se estima que el deportista pagó 2.5 millones de dólares a su acusadora en concepto de daños.
Bryant (41 años) murió el domingo junto a otras siete personas, entre ellas su hija de 13 años, cuando viajaba en su helicóptero hacia la Mamba Academy, un centro de entrenamiento para jóvenes deportistas que el propio jugador inauguró en 2018.
Las primeras investigaciones del siniestro y sus causas permitieron precisar que la lista de pasajeros y tripulación de la aeronave antes del despegue certificaba los nombres de nueve personas, informó horas después en conferencia de prensa Alex Villanueva, alguacil del condado de Los Ángeles.