Médicos cubanos en el extranjero: misión y pesadilla

Reconocido internacionalmente por su "diplomacia médica", el gobierno cubano gana miles de millones con médicos que a menudo deben enfrentar difíciles condiciones de vida en el extranjero.
Médicos cubanos en el extranjero: misión y pesadilla
 

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La "diplomacia" médica, a través de la cual el Gobierno cubano consigue sus mayores ingresos y un gran rédito político, tiene otra cara de pobreza, coerción, vigilancia férrea, riesgo para la vida y sufrimiento familiar que las autoridades de la Isla esconden.

Ese alto costo para los profesionales ha quedado al descubierto en la denuncia por "crímenes de lesa humanidad de esclavitud, persecución y otros actos inhumanos" presentada contra Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel y otros funcionarios cubanos ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.

Aunque las misiones médicas han tenido éxito en numerosos países, donde han aportado tratamiento médico a los sectores más desfavorecidos, algunos de los galenos cubanos que han participado en ellas dicen que las condiciones pueden ser una pesadilla. El control por parte de los funcionarios, la posibilidad de estar sujetos a un toque de queda y ser enviados a lugares extremadamente peligrosos, donde afrontan riesgos de violación o asalto han quedado recogido en varios de los testimonios que hoy recoge BBC Mundo.

Según las cifras del gobierno cubano y estudios académicos, el plan le aporta a Cuba alrededor de US$8.000 millones por año en moneda extranjera muy necesaria. Pero los salarios que se le pagan directamente a los médicos son muy inferiores a los que figuran en los contratos con el gobierno. Aún así, estos salarios en dólares son el principal incentivo para que os médicos cubanos se unan a misiones internacionales, a menudo sin saber las condiciones que los esperan en sus países de acogida.

Según el informe de la organización Cuban Prisoners Defenders (CDP), una ONG con sede en España que hace campaña por los derechos humanos en Cuba y está vinculada al grupo opositor Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), los médicos reciben en promedio entre el 10% y el 25% del salario pagado por los países de acogida, y el resto se lo quedan las autoridades de Cuba.

Los médicos sufren además persecución y control ideológico, son desvinculados de sus familias por largos períodos, enfrentan penas de prisión si abandonan los programas de asistencia y deben cumplir con largas jornadas de trabajo de hasta 64 horas semanales en los destinos que les tocan, que no pueden elegir y de los que no pueden salir porque tienen un visado específico en sus pasaportes.

Las misiones médicas quedaron bajo el foco de atención tras la decisión de Cuba de retirar a sus doctores del programa "Más Médicos" en Brasil a raíz de la elección del presidente Jair Bolsonaro el año pasado.

Bolsonaro cuestionó las calificaciones de los médicos cubanos en el país y describió su situación contractual como "trabajo esclavo", al señalar que solo se quedaban con el 25% de la paga y el resto iba al gobierno cubano.

En respuesta, las autoridades cubanas rechazaron enérgicamente la caracterización y dijeron que "no era aceptable cuestionar la dignidad, el profesionalismo y el altruismo" de su personal médico internacional.

Cifras inquietantes

Según el informe del grupo vinculado con la oposición Cuban Prisoners Defenders, realizado a partir del testimonio directo de 46 doctores con experiencia en misiones médicas en el extranjero, además de información pública extraída de declaraciones de otros 64 médicos:

  • El 89% dijo que no tenía conocimiento previo de su destino dentro de un país en particular
  • El 41% dijo que un funcionario cubano le retiró el pasaporte a su llegada al país anfitrión
  • El 91% dijo que había sido vigilado por agentes de seguridad cubanos en su misión, y el mismo porcentaje aseguró que se les pidió que transmitieran información sobre sus colegas a los agentes de seguridad
  • El 57% dijo que no se presentó voluntario para unirse a una misión, sino que se sintió obligado a hacerlo, mientras que el 39% dijo que se sentía fuertemente presionado para servir en el extranjero.

 

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