Helicópteros, aviones, camiones, armas de infantería, lanzacohetes, un verdadero arsenal dejó el Ejército de Estados Unidos en Afganistán como “regalo” a los insurgentes islámicos, que ahora lo utilizan en su provecho.
Desde la caída de Kabul, el pasado 15 de agosto, los militantes talibanes han mostrado repetidamente, casi como si estuvieran presumiendo, las armas de fabricación estadounidense.
Algunos de ellos aparecen vestidos con trajes de combate en publicaciones de redes sociales y es casi imposible diferenciarlos de otros soldados de las fuerzas especiales que hay repartidas por el mundo.
Según BBC, la Fuerza Aérea Afgana operaba unas 167 aeronaves, pero no se sabe cuántas de ellas quedaron en manos del Talibán. Fotos compartidas por varias agencias con el medio británico las muestran en sus bases, a la espera de un nuevo dueño.
Los islamistas capturaron todas las bases aéreas del país. Aunque un número no determinado de naves y pilotos escaparon a naciones vecinas, los propios guerrilleros se dieron a la tarea de enseñar sus trofeos alados.
Un análisis de imágenes satelitales tomadas el 16 de agosto sobre el aeropuerto de Termez, en Uzbekistán, muestra más de dos docenas de helicópteros, entre ellos MI-17, MI-25, Black Hawks y también aviones como A-29 y C-208, diseñados para ataques ligeros.
Expertos en seguridad del think tank Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, siglas en inglés) señalaron que esos aviones y helicópteros podrían ser de la Fuerza Aérea Afgana.
Mientras todavía hay dudas sobre si los talibanes podrán operar las aeronaves, los expertos coinciden en que tienen experiencia en el manejo de armas sofisticadas, rifles y vehículos.
Entre 2003 y 2016, EE.UU. suministró al país una enorme cantidad de material militar para las fuerzas afganas: 358 530 rifles de diferente tipo, más de 64 000 ametralladoras, 25 327 lanzagranadas y 22 174 camionetas de combate, de acuerdo al reporte del propio gobierno estadounidense.
Después de que las fuerzas de la OTAN finalizaran su trabajo en Afganistán en 2014, el ejército afgano tuvo la misión de garantizar la seguridad del país.
Pero, a medida que se evidenciaba la dificultad para luchar contra los talibanes, EE.UU. les entregó más equipos con los que reemplazaron los viejos que ya tenían.
En ese momento les entregaron 20 000 rifles M16. Y en los años siguientes, continuaron la provisión con al menos 3598 rifles M4 y 3012 camionetas Humvee para el ejército afgano, de acuerdo a Sigar.
El ejército afgano también tenía vehículos de su fuerza de ataques móviles, que utilizaba para operaciones planeadas con poca antelación. Estos 4x4 se pueden utilizar para transportar personas o equipos.
El Talibán podría utilizar este arsenal para armas a sus milicias y vender el excedente en el mercado negro. Michael Kugelman, subdirector del Wilson Center en Washington, aseguró a BBC que el último camino es probable, debido a la incapacidad de los talibanes para operar el armamento más sofisticado que dejó EE. UU.