Departamento de Estado norteamericano critica las violaciones a la libertad religiosa en Cuba

El informe anual sobre la libertad religiosa internacional critica la situación en la isla y culpa al régimen por reprimir la libertad de culto.
Departamento de Estado norteamericano critica las violaciones a la libertad religiosa en Cuba
 

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El Departamento de Estado de EEUU criticó en su su Informe anual sobre la libertad religiosa internacional la situación de Cuba, y culpó al régimen de amenazar, detener y usar la violencia contra algunos líderes religiosos y sus seguidores.

Entre las medidas represivas que aplica el gobierno cubano se citan la restricción de los viajes nacionales e internacionales, así como la limitación de los derechos de los presos a practicar libremente sus creencias.

Cada año, el Departamento de Estado presenta al Congreso norteamericano su Informe, en el cual quedan expuestos los países que violan las creencias y prácticas religiosas de personas y grupos en todo el mundo.

En la edición correspondiente a 2018, se señala que el Partido Comunista de Cuba, mediante su Oficina de Asuntos Religiosos y el Ministerio de Justicia, controla la mayoría de los aspectos de la vida religiosa en el país.

Ambos organismos continúan usando la ley de asociaciones para negar el registro oficial a ciertos grupos religiosos, o no respondieron a solicitudes pendientes desde hace mucho tiempo, como las de los testigos de Jehová y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Estos grupos alegan que la falta de registro impide su capacidad para practicar su religión.

En el informe también se denuncia el hostigamiento de que han sido objeto miembros de grupos religiosos que abogan por una mayor libertad religiosa y política, incluidos la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler Fernández; el activista por los derechos cristianos Mitzael Díaz Paseiro, así como su esposa y activista, Ariadna López Roque, y el coordinador regional del Instituto Patmos, Leonardo Rodríguez Alonso.

El documento cita las denuncias de la organización de defensa de los derechos humanos Christian Solidarity Worldwide, acerca del hostigamiento gubernamental a los líderes religiosos, el cual aumentó “significativamente en paralelo con” la postura adoptada por las iglesias en el proceso de aprobación de la Constitución.

 

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