Centros de detención de migrantes están hechos para romper el espíritu de internos

Esos lugares están diseñados para destruir el espíritu de las personas, la mayoría de los migrantes se refugian en Dios, pero pierden su fe, están cansados de pedir el milagro de ser liberados
Muchos internos no aguantan los abusos y prefieren que los deporten
 

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Margaret Brown, activista de Advocate Visitors with Immigrants in Detention (AVID), una organización que se dedica a visitar el centro de detención de migrantes de Otero (Nuevo México) afirmó que dichos lugares están pensados para romper el espíritu de los internos.

"Lamentablemente no todos aguantan tanto abuso y aunque tengan razones sustentables para pelear su casos deciden aceptar la deportación. Estos lugares están diseñados para que dejen de pelear", expresó en una entrevista con la agencia EFE.

En Otero, que está administrado por la empresa privada Management Training Corp., se sienta junto a los detenidos para escuchar sus historias y así ha sabido de intentos de suicidio, de las huelgas y protestas que realizan, de la falta de atención médica, de la explotación laboral y de los castigos en aislamiento.

"Esos lugares están diseñados para destruir el espíritu de las personas, la mayoría de los inmigrantes se refugian en Dios, pero he visto personas perder su fe, me cuentan que están cansados de pedir el milagro de ser liberados", dijo Brown.

 

 

Durante una de sus visitas rutinarias en junio pasado se enteró de que había muerto en Otero por una enfermedad Johana Medina, una mujer salvadoreña transgénero de 25 años, que esperaba en esa cárcel una respuesta a su petición de asilo político.

"Cuando me enteré de su muerte sentí que fallamos al no levantar la voz sobre su condición. La falta de medicamentos y el sufrimiento dentro de ese lugar acabaron con su vida, ahora estamos al pendiente y tratamos de hacernos escuchar para que no se repitan estos tristes casos", dice Brown, de 44 años.

También le ha tocado hablar con los inmigrantes cubanos que en octubre pasado empezaron a cortarse las muñecas con sus tarjetas de identificación en señal de protesta.

Por medio de una carta, reproducida el pasado 22 de octubre en el sitio web de la organización, los detenidos cubanos señalaron que por más de 60 años han estado bajo el control del régimen dictatorial cubano, “y ahora nos encontramos en privación de nuestra libertad, entre 6 y 9 meses ya sobrepasado el límite de tiempo del proceso”.

 

 

"La realidad es que el sistema migratorio está diseñado para negarles cualquier posibilidad de dejarlos en libertad, aunque cuenten con patrocinadores y lleven sus procesos fuera, y la única manera de llamar la atención es protestando", explicó.

Otero alberga a más de 1.000 internos y Brown dice que cada uno de ellos "tiene un historia triste, empezando porque no existe una razón para tenerlos detenidos".

Además, añadió, no reciben comida suficiente, sufren abusos diarios, son agredidos verbalmente y los privan de cualquier información sobre su proceso de detención y sus fechas de salida.

"Por eso hacen protestas pacíficas, huelgas de hambre, se sientan afuera pidiendo justicia, es la manera de llamar la atención y de acuerdo a la situación actual vamos a ver mucho más de este tipo de protestas", afirmó.

Brown relató el duro día a día de los internos e hizo hincapié en que solo tienen derecho a salir al patio dos horas, pero cuando les toca el turno de las mañanas prefieren quedarse dentro por el frío.

(Con información de Efe)

 

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