Ortega cede a las críticas y toma las primeras medidas contra el coronavirus en Nicaragua

Luego de recibir duras críticas, el presidente de Nicaragua tomó ya algunas acciones contra la pandemia del coronavirus
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua
 

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El populoso Mercado Oriental de Managua, considerado el más grande de Centroamérica, fue desinfectado para prevenir la propagación de la pandemia del COVID-19, como primera medida tomada por el presidente Daniel Ortega, quien ayer martes cedió a las críticas que lo acusaban de no tomar medidas para contener el virus.

Un contingente de 400 trabajadores de la Alcaldía de Managua, ataviados con bombas fumigadoras y gafas de protección, desinfectaron anoche unas 42 de las 106 hectáreas de extensión del Mercado Oriental, con una solución en base de cloro, según la información oficial.

El Mercado Oriental, que también destaca por su poca salubridad, atrae diariamente a más de 100.000 personas, entre comerciantes y compradores.

La ciudad de León (Pacífico), una de las más importantes de Nicaragua, también reportó la desinfección de su mercado central.

Ortega fue duramente criticado no solo por ser el único presidente de Latinoamérica que no encabezó la lucha contra el coronavirus, sino porque simplemente se desapareció del ojo público, y hasta se llegó a rumorar, como en otras ocasiones que se desvaneció de la escena política, que estaba muerto.

 

 

La decisión del presidente, cuya administración sostiene que “no hay transmisión local comunitaria”, llegó seis semanas después de que el Ministerio de Salud anunció el primer caso confirmado de COVID-19, y luego de insistentes llamados del Comité Científico Multidisciplinario y de la Asociación Médica Nicaragüense, que aglutinan a los médicos más prestigiosos de Nicaragua.

Para grupos opositores las medidas gubernamentales llegan un poco tarde, ya que por un lado los expertos consideran que el COVID-19 está diseminado en Nicaragua desde hace semanas aunque las autoridades se nieguen a admitirlo, y por otro, la sociedad nicaragüense tomó sus propias medidas de prevención desde que fue reconocido el primer caso, a mediados de marzo pasado.

El manejo de la pandemia por parte de Ortega ha causado preocupación en entidades como la Organización Panamericana de la Salud y la Organización de los Estados Americanos (OEA), en tanto la CIDH y la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) lo ven como violaciones a los derechos humanos.

Las medidas de precaución como el distanciamiento social y el uso de mascarillas, estaban prohibidas incluso en los centros hospitalarios, según denuncias, de las que este mismo martes hizo eco la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

 

 

La vicepresidenta Rosario Murillo, también esposa de Ortega, anunció que las nuevas medidas de prevención de la COVID-19 incluyen la desinfección de “los medios de transporte interurbanos, urbanos, interdepartamentales, paradas de autobuses, mercados, centros de estudio, de trabajo, casas, y barrios”.

Adicionalmente el Gobierno nicaragüense hizo saber al Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) que autorizará clases no presenciales para los colegios privados que así lo soliciten, aunque no hizo referencia a suspender la enseñanza en escuelas estatales.

Esta misma semana se supo que el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino permanecerá cerrado de forma indefinida, algo que las autoridades todavía no confirman, y que ocurre días después de la tercera muerte por COVID-19 admitida por el Gobierno, quien supuestamente era empleado de la terminal aérea.

(Con información de Efe)

 

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