Familiares de 36 opositores detenidos por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua denuncian que los prisioneros están sometidos a aislamiento, amenazas, constantes interrogatorios y los privan de comida.
Desde mayo la dictadura se lanzó a fondo para asegurar que Ortega se hiciera de otro mandato en las elecciones presidenciales del 7 de noviembre. Comenzó el cierre de ONGs, hostigamiento a medios de prensa críticos del régimen y detuvieron a 36 opositores, entre ellos siete precandidatos presidenciales y la mayoría acusados de “conspiración”.
No fue hasta la semana pasada que las autoridades permitieron que los allegados visitaran dirante media hora a los prisioneros en la cárcel El Chipote. Los familiares afirman que están en total aislamiento, sin alimentación adecuada ni atención médica.
Ana María Chamorro, hermana del aspirante a la presidencia Juan Sebastián Chamorro, detenido el 8 de junio, dijo que éste ha perdido unos 11 kilos, se ve pálido y demacrado, informó la agencia de noticias AFP.
Contó que “la falta de información de lo que pasa afuera es lo más difícil. Lo interrogan a diario, 87 días de interrogación y tortura psicológica, le dicen cosas que no son verdad. Que a su esposa la van a llevar presa, que le han quitado la propiedad”.
Añadió que han colocado en la celda de su hermano un bombillo encendido permanente que lo desorienta sobre el tiempo.
Cristian Tinoco, hija del exvicecanciller Víctor Hugo Tinoco, de 69 años, dijo a la AFP que su padre “pasó dos meses y medio solito en una celda pequeñita, donde la cama es de concreto con una colchoneta delgada, sin frazada para el frío, y para hacer sus necesidades fisiológicas lo que hay es un hoyo en el piso”.
Tinoco es un exguerrillero sandinista acusado a finales de agosto, junto con Hugo Torres, la opositora Suyen Barahona y el banquero Luis Rivas, de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, según comunicó la fiscalía controlada por el régimen de Daniel Ortega.
Cristian Tinoco, quien padece un grave cáncer, quedó conmocionada tras ver a su padre “flaco, pálido, [con] el pelo blanco, la barba crecida y movimientos lentos”.
Daniel Ortega, ex compañero de armas de Tinoco, está en el poder ininterrumpidamente desde el año 2007 y no piensa dejarlo. A sus 75 años, Ortega busca su cuarto mandato consecutivo y califica a los opositores presos de “criminales” y “agentes del imperio yanqui”.
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Tamara Dávila, dirigente feminista, también está en aislamiento. La tienen en “una celda clausurada, no puede ver a nadie”, declaró a AFP una familiar que prefirió reservar su identidad.
Desde que fue arrestada el 12 de junio Dávila “no ha hablado con nadie. No hay interacción humana, de repente habla con un pajarito que llega a su techo, habla con las arañas para espantar la soledad y el silencio”, contó la fuente.
Otro disidente que está en una situación crítica es el líder estudiantil Lesther Alemán. La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) emitió este lunes un “SOS por la salud física y condición psicológica” del opositor conocido por haber increpado a Daniel Ortega en 2018 y exigirle a él y su esposa Rosario Murillo, vicepresidente del ejecutivo: “Ríndanse ante este pueblo”.
La organización estudiantil emitió su llamado tras conocer que “las autoridades de la Dirección de Auxilio Judicial solicitaron a los familiares el ingreso de un medicamento para tratar síntomas de vértigo o mareo, sin receta médica”, informó la agencia de noticias EFE.
Lesbia Alfaro, madre de Alemán, declaró a la prensa que su hijo “casi no puede ponerse de pie ni caminar”.
Lesther dijo a su abogado que se le entumecen los pies y ha bajado unos nueve kilogramos de peso porque no recibe suficiente comida, según su madre que rogó ayuda de “la Cruz Roja, que intervenga para que lo atienda un médico y no lo dejen morir de hambre”.
Este lunes, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció el creciente cerco a las libertades en Nicaragua de cara a las elecciones, con las decenas de detenciones arbitrarias, la invalidación de candidaturas y cancelación de partidos políticos.
Bachelet señaló que los nicaragüenses tienen derecho a presentar candidaturas a la presidencia, participar en la campaña, y los medios deben cubrir el proceso, pero “nada de esto está ocurriendo”, lamentó en su informe actualizado sobre ese país ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, informó EFE.