Donald Trump hizo este 19 de enero su última aparición pública como presidente de Estados Unidos, en la cual agradeció a sus seguidores y su familia por acompañarlo en “este espectacular viaje” de cuatro años, afirmó.
“Hace cuatro años, lanzamos un gran esfuerzo nacional para reconstruir nuestro país, renovar su espíritu y restaurar la lealtad de este gobierno a sus ciudadanos. Hicimos lo que vinimos a hacer aquí, y mucho más”, declaró el político de 74 años.
El republicano hizo un recuento de su quehacer durante estos cuatros años, tanto en política doméstica como internacional, y recordó que, a pesar del coronavirus, la economía de Estados Unidos se mantuvo firme.
Trump dejará de ser presidente mañana 20 de enero, cuando el demócrata Joe Biden —78— tome el poder, luego de unas elecciones reñidas y polémicas en que casi 150 millones de estadounidenses asistieron a las urnas, un récord histórico.
El presidente saliente y algunos miembros del partido republicano alegaron fraude, que no fue comprobado por las autoridades judiciales, y comenzaron un proceso legal, igualmente infructuoso.
Los últimos días de su mandato provocaron otros sucesos nunca vistos en la historia de Estados Unidos. Una multitud de seguidores trumpistas asaltaron el Capitolio y se hicieron con el control del edificio durante horas hasta ser desalojados.
Poco después, la Cámara de Representantes votó a favor de un juicio político contra Trump, en el supuesto de que había impulsado a sus seguidores a realizar la acción. De nuevo, es la primera vez en la historia de ese país que un presidente es sometido dos veces a impeachment.
Este 19 de enero también se despidió la primera dama, Melania Trump, con un discurso en el cual llama a la paz y la reconciliación. Instó a los estadounidenses a “escoger el amor sobre el odio” y “la paz sobre la violencia” ante los próximos desafíos que encara el país.
La víspera, Trump exhibió su política hacia Cuba como uno de sus logros, comparable a muchos otros que dijo tener en variadas esferas como economía, salud, educación, migración y relaciones internacionales.
En un extenso documento publicado en la web de la Casa Blanca y otros canales de comunicación gubernamentales, el mandatario y su equipo presumieron de haberse levantado contra el comunismo y el socialismo en el hemisferio occidental.
Como primera muestra de ello exaltaron su política hacia la mayor de las Antillas, una clara ruptura con la política de la administración precedente, la cual calificaron de «desastrosa» y fruto de un acuerdo desfavorable para Estados Unidos y los cubanos con "la dictadura comunista de Castro".
Además de revertir la política anterior, la administración Trump “se comprometió a no levantar las sanciones hasta que todos los presos políticos sean liberados; se respetan las libertades de reunión y expresión; todos los partidos políticos estén legalizados; y se organicen elecciones libres”.
“Promulgó una nueva política destinada a evitar que los dólares estadounidenses financien al régimen cubano, incluidas restricciones de viaje más estrictas y restricciones a la importación de alcohol y tabaco cubanos”, destaca el documento.