Al parecer los ruegos de la Nasa para que el clima en la zona de despegue fuera benigno y permitiera el lanzamiento de una nave tripulada Crew Dragon de la compañía SpaceX del multimillonario estadounidense Elon Musk, desde el Centro Espacial Kennedy hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) fueron escuchados y este sábado, se cumplió la esperada maniobra.
De esta manera, el cohete Falcon 9 despegó desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy, y se espera que la cápsula donde viajan los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley llegue a la Estación Espacial Internacional (EEI) cerca de las 09:29 de mañana domingo, con el fin de proceder a acoplarse y ser recibidos por la tripulación.
La misión, que ha sido bautizada SpaceX Demo-2, ha sido el primer viaje espacial de astronautas de la Nasa que despega de suelo estadounidense en al menos una década y es a su vez el primer vuelo tripulado de una nave de una compañía privada.
En tanto, la duración exacta de la estancia en el espacio de los astronautas Hurley y Behnken aún no se ha determinado, sin embargo, según la Nasa, la cápsula que se utiliza en esta prueba de vuelo puede permanecer en órbita hasta 110 días. La nave operativa Crew Dragon será capaz de hacerlo durante al menos 210 días deja saber el medio Publimetro
Varios medios de prensa se hicieron eco de la noticia así como del exitoso lanzamiento al espacio desde el Cabo Cañaveral de Florida ante la presencia del presidente norteamericano Donald Trump. De esta manera la Nasa alcanzará su máxima prioridad de abrir "una nueva era de vuelos espaciales tripulados", donde "astronautas estadounidenses vuelvan a ser lanzados en un cohete estadounidense desde suelo estadounidense".
La Nasa contrató a SpaceX y Boeing en el 2014 con el objetivo de crear cápsulas que transportaran a sus astronautas a la estación espacial. La agencia pretende reducir su dependencia de la Agencia Espacial de Rusia, la cual es única vía en estos momentos desde el retiro del programa de transbordadores.
Por su parte la misión Demo-2 forma parte del programa comercial de vuelos espaciales con el que la Nasa pretende abaratar los costes de los viajes al espacio mediante compañías privadas como la de Elon Musk, fundador de SpaceX.