Organizaciones civiles de jóvenes y representantes estudiantiles, exigieron este viernes al Gobierno colombiano respuestas ante las recientes matanzas ocurridas en el suroeste del país, en una jornada de manifestaciones contra la violencia y el abandono estatal.
El pasado sábado ocho jóvenes de entre 19 y 25 años fueron masacrados por desconocidos en la aldea de Santa Catalina, cercana a la cabecera municipal de Samaniego, en el departamento de Nariño, donde horas antes había sido asesinada una mujer de 26 años.
El pasado 11 de agosto también fueron asesinados cinco menores, todos de entre 14 y 15 años, en un cañaveral ubicado detrás del barrio Llano Verde, en Cali, capital del Valle del Cauca y principal ciudad del suroeste de Colombia.
"Estamos en pandemia y en cuarentena, pero para algunos actores armados eso no vale. Ha sido muy complicado el escenario en Colombia para los jóvenes y nosotros somos los que hemos venido generando escenarios de movilización", dijo durante un encuentro virtual Paula Muñoz, de la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (UNEES).
Estos crímenes han estremecido al país y las organizaciones sociales alertan sobre un recrudecimiento de la violencia en territorios donde la paz sigue siendo una promesa.
"Ya es hora de detener este conflicto social que se ha venido desarrollando durante toda la historia de Colombia. Rechazamos este tipo de violencias porque las balas no callan las ideas. Así maten a nuestros compañeros nosotros vamos a continuar", agregó Muñoz.
EXIGEN RESPUESTAS
Los jóvenes que participaron en el evento exigieron al Gobierno celeridad y efectividad en las investigaciones abiertas tras las matanzas y condenaron el abandono en el que viven las comunidades rurales y étnicas del país.
"Debemos unirnos para reclamarle al Gobierno nacional que se esclarezcan estos hechos y que se lleve a las comunidades la seguridad efectiva necesaria", manifestó por su parte María Fernanda Arteaga, de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (ACREES).
Para Arteaga, la ausencia institucional termina fomentando "muchos grupos armados que pretenden hacer justicia por su propia mano" con acciones que generan más "injusticia, masacres e inseguridad".
"La violencia en el suroccidente es un tema difícil de tratar porque las autoridades en los municipios no existen, es decir que el Estado no tiene presencia en los municipios alejados del país", agregó.
La representante estudiantil además le recordó al Estado que es su obligación garantizar la seguridad de las comunidades y acompañar a las mismas en los procesos de defensa de sus territorios.
HISTORIA DE OPRESIÓN
Los jóvenes, que denunciaron la opresión a la que son sometidas sus comunidades, también impulsaron en Twitter la tendencia #DuqueRespondaPorLasMasacres para exigirle al presidente colombiano, Iván Duque, acciones concretas que detengan los homicidios de jóvenes.
"Colombia está pasando por un cambio político lleno de violencia. Han sido muchos años de opresión con los pueblos indígenas y al fin logramos consolidar algunas organizaciones en defensa de nuestros territorios", dijo Ricardo Vargas, del pueblo Nasa, al denunciar las amenazas constantes contra los indígenas.
Esta semana también fueron asesinados tres indígenas de la comunidad Awá en el departamento de Nariño, situación que alentó varias manifestaciones en contra de esa región fronteriza con Ecuador.
"¿Cómo es posible que por ser jóvenes, por querer pensar diferente, los indígenas sean asesinados? Seguiremos defendiendo nuestros territorios en medio de las dificultades", dijo Vargas.