Guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) refugiados por el régimen cubano confirmaron la muerte de Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias “Uriel”, abatido por las Fuerzas Armadas colombianas el pasado 26 de octubre.
En un mensaje enviado desde Cuba por alias “Silvana Guerrero”, un integrante del Comando Central del ELN (COCE), para los integrantes del grupo comunista y presos en cárceles de Colombia, esperaban que la muerte de alias “Uriel” no fuera cierta.
“Compañeros y compañeras, reciban mi abrazo fraterno, revolucionario y combativo en momentos en los que parte físicamente el compañero, amigo y comandante Uriel”, dijo la guerrillera en una nota de voz.
“Nosotros hasta último momento guardábamos la esperanza de que esta noticia no fuera cierta pero una vez más el Gobierno colombiano, en cabeza del Presidente nos sigue mostrando como trofeos de guerra”, agregó.
Alias “Uriel”, comandante del frente de guerra occidental, era considerado por el COCE como una ficha clave para sus planes revolucionarios en las juventudes colombianas, dijo El Tiempo.
"Por mucha fuerza que tengan sus medios de comunicación, la oligarquía colombiana no puede ocultar la justeza de la rebelión y del alzamiento de armas de las juventudes populares", dice el pronunciamiento haciendo referencia a la infiltración de alias 'Uriel' en universidades y el reclutamiento de jóvenes.
Alias “Silvana Guerrero” calificó a Uriel como un ser querido y explicó a los integrantes del ELN que no deberían “achantarse” por la noticia, cita Semana. “La partida física de nuestros seres queridos siempre es dolorosa, entristece, duele... pero también esa sangre derramada la hemos sabido enarbolar con dignidad.”
Agradeció los mensajes de los “compañeros internacionalistas”, que reiteró en diversas ocasiones pero no mencionó a quienes se refería, y dijo que a través de ellos envía el mensaje de que la guerrilla está unida.
Uriel era un objetivo de alto valor desde hacía meses, y cobró mayor relevancia luego de que él mismo confirmó que, además de secuestros y extorsiones, tenía a su cargo un plan urbano de desestabilización. Esto quedó demostrado con la participación de sus milicias en la destrucción de decenas de CAI en la jornada de protestas de septiembre pasado, dijo El Tiempo.
Las negociaciones de paz entre Colombia y el ELN comenzaron formalmente en febrero de 2017 en Ecuador, y en mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana donde la última ronda de conversaciones concluyó sin avances a principios de agosto de ese año.
El diálogo fue interrumpido tras el atentado del 17 de enero de 2019 perpetrado por un guerrillero contra la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá, que dejó 22 muertos más el atacante y 66 heridos, y llevó al Gobierno colombiano a romper definitivamente las conversaciones y exigir la devolución de los insurgentes.
Cuba reaccionó inmediatamente negándose a extraditar a los negociadores, escudada en los términos del pacto firmado por el anterior gobierno de Juan Manuel Santos en caso de un alto en las conversaciones.
Los guerrilleros del ELN que permanecen en la isla han pedido varias veces el regreso a la mesa de negociación.