El ensayista y profesor cubano Emilio Ichikawa falleció en Miami el 11 de octubre por complicaciones asociadas a la Covid-19, según confirman a medios independientes fuentes cercanas a la familia.
Ichikawa, graduado de Filosofía en La Habana en 1985, habría pasado “varias semanas” en terapia intensiva, según la revista cultural Rialta.
Exiliado en Estados Unidos desde 2000, Ichikawa mantuvo una presencia constante en el ámbito público y el debate intelectual de la comunidad cubana a través de su blog personal y colaboraciones con la prensa, en especial el diario El Nuevo Herald.
“Mis ideas estaban tocando un límite bastante riesgoso y ya había tenido advertencias claras después de la Ley de la Dignidad y la Soberanía Nacional (aprobada por el parlamento cubano en 1997 y conocida como ley mordaza)”, declaró a ese medio en una entrevista donde explicaba las razones de su exilio.
Ichikawa, de padre japonés y madre cubana, se desempeñó hasta 1996 como docente en la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana. Colaboró con la revista Encuentro de la Cultura Cubana, que marcó época en el ámbito de la reflexión intelectual en la isla.
Entre sus obras figuran La escritura y el límite (1998), Contra el sacrificio: del camarada al buen vecino (2002) y Antes del veredicto. La demasiada humanidad del Padre Varela (2020).
Amigos e intelectuales de la diáspora recordaron al intelectual cubano. El traductor y escritor Jorge Ferrer, residente en España, declaró: “Siempre fue generoso, abundante, a la hora de pensar. No sé qué más se le puede pedir a un filósofo. Su muerte repentina y extemporánea me parece una injusticia mayúscula”.