La ciudad de Miami-Dade se encuentra en pleno proceso de reapertura de la pandemia del COVID-19. Si bien muchas personas aún elige estar en sus casas, los comercios y las oficinas ya se encuentran operando, en tanto las playas y hoteles reabrirán el próximo lunes. A excepción de las clases, que no regresarán hasta el próximo año lectivo que comienza en agosto, la idea es poco a poco ir volviendo a la normalidad.
Pero lógicamente, el mayor miedo que tiene todo el mundo ante esta reapertura es una segunda ola de contagios masivos. Y es que por más que se respete el distanciamiento social y el uso de máscaras tapabocas, definitivamente es una realidad que a mayor contacto humano, más posibilidades existen de contagio.
Para seguir con la reapertura, que está planteada en fases, o –en su defecto- para dar marcha atrás, los datos son importantes, es por ello que hay un nuevo método en el que el condado de Miami-Dade está apostando. Hablamos del análisis de las aguas residuales, una opción que los científicos han ido investigando y a su vez han determinado que la firma genética del virus puede ser detectada en las heces fecales de los pacientes.
Con el mencionado dato, los epidemiólogos que se encuentran colaborando con las autoridades de Miami-Dade han desarrollado un programa de análisis de aguas residuales que puede otorgar datos de la presencia del virus en la sociedad antes de que los pacientes empiecen a mostrar síntomas y puedan ser evaluados deja saber el medio argentino INFOBAE
El medio deja saber además que cada semana el condado envía al laboratorio Biobot Analytics, en Massachusetts, muestras de estas aguas cloacales provenientes de tres plantas de tratamiento de aguas negras. Las muestras son analizadas y en base a los rastros del virus encontrados se hace una proyección de cuántas personas podrían resultar contagiadas en Miami-Dade. El laboratorio procesa muestras provenientes de 40 ciudades a lo largo del país y las conclusiones son a nivel local epidemiólogos las cuales trabajan en cada una de las regiones al ver los datos entregados por el laboratorio.
“Hasta ahora el método ha sido un gran modo para determinar cuánta gente tiene el virus en el cuerpo. Muchos de ellos nunca entrarán en el conteo oficial porque jamás presentarán síntomas o, sencillamente, porque nunca se harán la prueba”, deja saber la Doctora Aileen Marty, especialista en enfermedades infecciosas de la facultad de medicina Herbert Wertheim de la Universidad Internacional de la Florida y miembro del equipo médico asesor de Miami-Dade.