Cubano vinculado al tráfico de peloteros fue condenado en EEUU

En Miami condenaron a Tomás Valdivia Vélez, de origen cubano, a cuatro años y nueve meses de privación de libertad por haber operado una red clandestina que traficaba jugadores de béisbol desde Cuba hacia Estados Unidos
Cubano condenado por tráfico de peloteros y migrantes irregulares. Captura de pantalla de un reporte de Telemundo
 

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Una corte federal de Miami, Estados Unidos, condenó al ciudadano de origen cubano Tomás Valdivia Vélez a cuatro años y nueve meses de privación de libertad por ser hallado culpable de operar una red clandestina que traficaba jugadores cubanos de béisbol desde Cuba hacia la nación norteña.

Según reportes de prensa, la investigación de la Oficina para el Control de Inmigración y Aduanas concluyó que el acusado, de alias “Tomasito”, integraba una organización criminal que sacaba peloteros de Cuba a través de México para luego ingresarlos en Estados Unidos y facilitarles que firmasen con alguna franquicia de las Grandes Ligas de Béisbol estadounidense (MLB).

La red estaba formada por al menos cinco personas y operaba en Miami, México, República Dominicana y Haití. Así lo hizo al menos entre 2013 y 2018, período en el que sus miembros también extorsionaban a los peloteros con los que traficaban. Éstos últimos se veían obligados a prometer y pagar a los contrabandistas, a cambio de sus servicios, un 20 por ciento de su futuro primer contrato en la MLB.

Así lo destaca también la agencia oficialista cubana Prensa Latina, que además recuerda que Valdivia Vélez, de 45 años, fue detenido en junio del pasado año en el restaurante Mar Azul de Puerto Juárez, México, en un operativo de la Marina Armada y la Policía Estatal Preventiva de ese país.

Al momento de la captura, Tomasito portaba una pistola Escuadra, calibre 380 milímetros, con su cargador abastecido. Además de por acusaciones de tráfico de peloteros y otros migrantes cubanos, su nombre había salido a relucir en investigaciones relacionadas con otros “hechos delictivos como el tráfico de partes y refacciones robadas, tanto de automóviles como de embarcaciones”.

Por todo ello, las autoridades estadounidenses solicitaron a su contraparte mexicana que le enviaran a Estados Unidos, para procesarlo por todos los crímenes que tenían en la nación del norte su destino final y principal teatro de operaciones. 

Allí fue acusado formalmente en octubre por la comisión de los delitos referidos, de los cuales se declaró culpable, al tiempo que reconoció que recibió dinero de los migrantes y peloteros que ayudó a llegar a México y Estados Unidos, muchos de ellos de manera irregular.

Esta semana también, autoridades judiciales de Estados Unidos condenaron a George Ferrer a nueve años de prisión por liderar una red asentada en Miami que traficaba cubanos a ese país y extorsionaba a sus familiares en Florida para que pagaran por la liberación de los migrantes irregulares.

 

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