Un niño de 10 años de Daytona Beach fue baleado accidentalmente en la cabeza el pasado sábado por un adolescente de 14 años. La víctima falleció este martes, según informó el Departamento de Policía, citada por medios locales.
Jacquline Jackson, la madre del menor, aseguró que quiere “justicia para su hijo, Jontavian”.
“Solo tengo un hijo. Ese es mi bebé. Quiero justicia”— dijo la mujer— “Vi a mi bebé tirado en el piso”, añadió
El niño fue llevado en helicóptero al Hospital Infantil Arnold Palmer en estado crítico, pero falleció poco después.
“No está respirando como se supone que debería estar respirando. Siguen diciendo que mi hijo se fue, pero en mi corazón, mi hijo no se fue porque Dios lo consiguió”, dijo también la madre del niño.
La policía confirmó que el tirador tenía 14 años, pero dijo que aún están investigando lo ocurrido.
Hasta el momento nadie ha sido arrestado.
Los dos niños se encontraban de visita en una casa de Daytona Beach cuando ocurrió el tiroteo. Presuntamente, ambos entraron a una habitación que se suponía estaba cerrada, y allí consiguieron una pistola semiautomática.
Según la hipótesis que manejan las autoridades, el arma se disparó mientras los niños jugaban con ella.
El jefe de policía de Daytona Beach, Craig Capri, dijo que los oficiales encontraron al menor boca arriba en el piso y sangrando por la boca. Dijo también que no se espera que se presenten cargos contra el adolescente de 14 años o los propietarios del arma, y calificó el tiroteo de “incidente trágico”.
De acuerdo con Capri, los propietarios de la pistola tenían todos los documentos en orden e “hicieron lo que creían necesario para asegurar el arma de fuego”.
Capri también instó a los padres a hablar con sus hijos sobre los peligros de las armas.
“A los niños les gusta meterse en cosas, así que hay que enseñarles que las armas son peligrosas”, dijo.
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En julio de 2016, un hombre de Florida disparó por accidente a su hijo provocándole la muerte, informó la agencia AP.
El hecho ocurrió durante unas prácticas en un campo de tiro.
Clayton Brumby, de 64 años, estaba con su familia cuando un casquillo caliente de bala se le metió en la espalda, por la camisa, lo que le hizo alzar ambos brazos y disparar accidentalmente el arma.
La bala rebotó en un techo y penetró en la vena yugular del adolescente, que se llamaba Stephen y tenía 14 años de edad.
“El arma no mató a mi hijo, yo lo hice”, relató Brumby a la prensa. Sin embargo, la policía del condado de Sarasota, donde ocurrieron los hechos, catalogó el disparo de accidental, basado en los testimonios de la familia.
Se estima que en los Estados Unidos más de 7 millón de niños viven en un hogar donde hay algún tipo de arma de fuego.
Asimismo, los accidentes son los más propensos a ocurrir en la propia casa de los menores, y por lo general incluye una pistola de propiedad legal.
Si usted es dueño de un arma de fuego y tiene niños en casa, es conveniente que guarde el arma bajo llave y descargada. Asimismo conviene guardar las municiones en un lugar seguro y separado del arma, y sobre todo, enseñar a los niños que las armas de fuego no son juguetes.