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Maltrato animal en Cuba: joven ahoga a un gato en un cubo de agua

El cubano Robin Morales Oropeza, de 22 años de edad y residente en el municipio de San Miguel del Padrón en La Habana, mató al animal por abrirle el refrigerador y robarle comida

Actualizado: Fri, 03/17/2023 - 18:15

La organización de animalistas Bienestar Animal Cuba (BAC) denunció esta semana a un joven que ahogó a un gato en un cubo de agua y difundió las imágenes en sus estados de WhatsApp.

Según indica un tuit de esta ONG, el cubano Robin Morales Oropeza, de 22 años de edad y residente en el municipio de San Miguel del Padrón en La Habana, mató al animal porque supuestamente abrió su refrigerador y le robó comida.

Una fuente anónima de BAC les sumistró pruebas del hecho y de cómo Morales Oropeza “se vanagloria mediante estados de WhatsApp por haber matado a un gato”.

“Hacemos esta denuncia pública con el fin de obtener justicia, desgraciadamente ya es demasiado tarde y no existe una vida que podamos salvar. Se ha cometido ASESINATO y es imperioso que caiga sobre el asesino todo el peso de la ley”, refiere la publicación de los animalistas en Twitter.

A inicios de marzo ocurrió otro asesinato animal en La Habana, esa vez en Miramar en Playa. La animalista Betty Planes comunció que un anciano sacrificó a un perro.

Planes compartió videos del cubano donde se le ve arrastrando al perro fuera de su vivienda.

Según la denuncia, el hombre primero intentó quitarle las garrapatas al animal y lo golpeó con una mandarria hasta matarlo. El cuerpo del perro fue arrojado a un contenedor de basura. Algunos comentarios sugieren que el anciano padece demencia.

Pese a la aprobación en 2021 de un decreto-ley sobre Bienestar Animal en Cuba, un reclamo de años de la comunidad animalista cubana, los hechos de maltrato se suceden unos a otros en la isla y los activistas critican la tibieza de las autoridades para sancionarlos y actuar en pos de su prevención.

Entre las medidas que se establecen en el decreto están la prohibición de la utilización de animales en espectáculos públicos, la regulación de la venta de animales de compañía, la creación de refugios y centros de adopción de animales abandonados, y la promoción de la educación y concienciación sobre el bienestar animal.

El decreto también establece sanciones para aquellos que infrinjan las regulaciones, incluyendo multas, confiscación de animales y, en casos graves, penas de prisión.