Cuba era una isla. Los peces han huido de su litoral y solamente quedan, junto al marabú y ciertas clarias, que un día devorarán el malecón habanero, palabras, lemas y consignas. Frases hechas y deshechas, dichas y redichas, vacías y cansonas que se repiten, y que la gente dice y escribe, y que hace tiempo perdieron el sentido.
La primera, aquella que salió de un navegante genovés que fue el primero, además de los indios, en poner un pie en aquella belleza que se convertiría en desolación: “Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”. De ahí a aquella otra, dicha por otro descubridor de postín, va mucho: “Cuba es el país de la siguaraya”. O el otro consejo que millones de cubanos no hemos seguido, que esgrimía aquella idea optimista: “Conozca a Cuba primero y al extranjero después”.
A continuación, podrán leer un texto que parece no tener ni pies ni cabeza, porque son frases dichas por personajes sin pies ni cabeza, o que usaron la cabeza para caminar y los pies para pensar. Ningún discurso, exhortación, perorata, arenga, alocución o disertación pública en Cuba, desde que Colón dijo lo que dijo, ha tenido pies y cabeza, con excepción de José Martí, Antonio Maceo, Pánfilo o Tata Güines con aquel grito de guerra que avisaba que el perico estaba llorando.
“La orden está dada: somos continuidad. Mis compañeros no están ni olvidados ni muertos, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos; algunos de ellos con una guitarrita en actitudes ‘elvispreslianas’. No los queremos, no los necesitamos”.
“El envejecimiento en Cuba es una conquista, es resultado de lo que ha hecho la Revolución en todos los ámbitos, empezando por la salud, a pesar del asfixiante bloqueo. Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: somos un hueso duro de roer”.
“Quien no tenga sangre revolucionaria... quien no tenga una mente que se adapte a la idea de una Revolución... quien no tenga un corazón que se adapte... al esfuerzo y al heroísmo de una Revolución... No queremos vivir con esa gente. Hoy el Apóstol está contento; hoy nuestros muertos están contentos; hoy es un día feliz de la patria. Yo sé que cuando un pueblo está unido como este y tiene fe y tiene hombres que no lo van a traicionar, es un pueblo invencible; y que a la Revolución nada ni nadie podrá vencerla. Dentro de la Revolución todo; contra la Revolución nada. La orden está dada: pégate al agua, Felo”.
“Nosotros no le decimos al pueblo: ¡cree! Le decimos: ¡lee! En esta Cuba siempre será posible hasta lo imposible. Hay que instruir a la población acerca de forma en que debe usarse una olla a presión para ahorrar y ayudar a la economía del país. Hay que borrarse eso de los siete años, llevamos cincuenta años diciendo que hasta los siete años. Hay que producir leche para que se la tome todo el que quiera tomarse un vaso de leche. Y hay tierras para producirla”.
“Cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra. La distribución de las ollas acabará con la cocina rústica. Por ese camino tengan la seguridad de que nuestro país tiene un extraordinario y fantástico porvenir. Siempre fui un admirador de Cristo, porque fue el primer comunista: multiplicó los panes y peces, que es lo queremos hacer nosotros. Cuba produciría más carne y leche de vaca que Holanda. Nuestras prostitutas son las más cultas del mundo”.
“Que no confundan la serenidad de la Revolución y la ecuanimidad de la Revolución con debilidades de la Revolución. Habrá tiempo de sobra para aplastar a todas las cucarachas juntas. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria. En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo”.
“Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado. Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che!". Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Dentro del socialismo tenemos que buscar la mayor cantidad de leche por caballería en lugar de la mayor cantidad de leche por vaca”.
“¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles! Que no confundan la serenidad de la Revolución y la ecuanimidad de la Revolución con debilidades de la Revolución. Esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. En esta Cuba siempre será posible hasta lo imposible. Cuando un pueblo enérgico y viril llora, los diez millones van”.
“Nunca hemos sido capaces de alcanzar nuestros objetivos con nuestras propias fuerzas, a pesar de los inmensos recursos de nuestra naturaleza y la inteligencia de nuestros pueblos. Pudimos serlo todo y no somos nada. Soñar y continuar un país: campesinos y expertos se han sumado al plan de transformación profunda que necesita el sistema de la agricultura cubana hasta alcanzar la soberanía alimentaria. El limón es la base de todo”.
“Mis compañeros, además, no están ni olvidados ni muertos: no los queremos, no los necesitamos. Ya están las condiciones creadas para el cultivo masivo de moringa, árbol milagroso, que es fuente inagotable de carne, huevo y leche. Esta revolución es tan verde como las palmas. Somos continuidad”.
Hasta aquí el experimento. Un día los cubanos lograremos que la ONU declare el desastre hecho por Castro 1, Castros 2 y sucesores como “un acontecimiento lamentable”. Tal vez se logra tener más leche que Holanda o más Holanda que leche. Lo difícil, lo verdaderamente difícil será quitar del cerebro de varias generaciones todas esas consignas, lemas, citas y refritos. Y al pobre que agarren en la calle hablando así, lo internen en un ameno hospital siquiátrico, donde debió estar el creador de la mayor parte de estas frases. Crear uno, dos, muchos Vietnam es la consigna.
El presente discurso fue elaborado con varias copias de uso de discursos y escritos -incluyendo twitters-, de Fidel y Raúl Castro, de Ernesto Guevara y del monigote Díaz-Canel Sin Casa.