Omar Quintero Montes de Oca, conocido como "El Pagador de Promesas", se reunió con su hijo Lázaro este 19 de marzo en La Habana, después de dos meses de travesía hacia El Cobre, en Santiago de Cuba.
El periodista oficialista José Alemán Mesa compartió un video en redes en el que puede verse a padre e hijo mientras se abrazan con efusividad.
El audiovisual tiene como fondo musical el tema "Imagen Protectora", del trovador Eduardo Sosa.
“Y se logró. Omar Quintero Monte de Oca cumplió su promesa de La Habana al santuario de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba y regresó, dos meses después, a casa, con su hijo Lázaro QB”, escribió Alemán Mesa.
Quintero Montes de Oca entró el 14 de marzo al Santuario de la Patrona de Cuba, ubicado en la localidad de El Cobre, tras 800 kilómetros de peregrinaje por toda la isla.
Había salido el 15 de enero de Marianao, municipio de La Habana, en un viaje que le llevó por varias provincias para cumplir una promesa hecha a la Virgen Mambisa por la salud de su hijo, Lázaro Quintero Bermúdez, aquejado de cáncer.
“La cumpliste, gran padre. No existen las palabras a esta hora que estamos aquí, descansando, recordando como empezó todo, riendo, llorando”, escribió la usuaria identificada como Ney Marian Fernández, quien lo acompañó en gran parte de su trayecto.
Quintero Montes de Oca y su travesía a pie se convirtieron en un fenómeno social. En cada parada, recibió comida, ropa y dinero que le permitieron llevar a término su viaje.
Cientos de personas rodeaban el Santuario cuando Omar entró en él para dirigirse a la Virgen. Personal autorizado impidió que tantos asistentes dificultaran el cumplimiento de la promesa; así los cubanos reunidos allí se mantuvieron fuera del templo "realizando oraciones para él, su familia y el pueblo cubano".
Quintero dio inicio a la peregrinación con el fin de cumplir su promesa de rendir tributo a la patrona de Cuba por la salud de su hijo, quien ha vivido más de lo que le pronosticaron los médicos tras la detección de un tumor en el mediastino 11 años atrás.
El hombre se desplazó moviendo un carrito de ofrendas para la virgen, con banderitas cubanas y un letrero que plasmaba su voluntad: “de La Habana al Cobre”.