Los opositores cubanos Guillermo Fariñas y José Daniel Ferrer pidieron desde Cuba a las autoridades migratorias que reconsideren el caso del disidente Ramón Arboláez Abreu, a quien los funcionarios de Estados Unidos en México no le otorgaron la visa de entrada al territorio estadounidense.
Fariñas, coordinador general del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) y Premio Andrei Sajarov de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, dijo que Arboláez Abreu lleva al menos 12 años de lucha anticastrista junto a su esposa en la región central del país y han recibido golpizas por parte de la policía y que sus hijos pequeños han sido traumatizados por el régimen.
Por su parte, José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) declaró que con profunda preocupación veía que el gobierno de EEUU haya negado la visa a Arboláez Abreu, a quien considera un firme opositor al castrismo y que además se encuentra gravemente enfermo.
También el expreso político aboga por la pronta recuperación del opositor. Ramón Arboláez se encuentra varado en México, junto a su esposa. Los médicos le diagnosticaron un cáncer de lengua y garganta. Hasta el momento ha recibido algunas sesiones de quimioterapia, pero no ha tenido acceso a un tratamiento completo, aseguran informes de prensa.
En declaraciones recientes al periodista Ricardo Quintana de Televisión Martí, el abogado Angel Leal explicó las regulaciones migratorias existentes para esos casos, las vías posibles y dificultades que existen al momento por el cierre de las fronteras, debido a la pandemia del COVID-19.
En mayo, Arboláez Abreu, su esposa y sus dos hijos menores de edad pidieron ayuda a los congresistas cubanoamericanos de Estados Unidos a través de un video publicado en Diario de Cuba.
En la Isla, Arboláez Abreu fue detenido decenas de veces por sus actividades opositoras, al igual que su esposa. De acuerdo con el activista, el régimen lo despojó a él y a su familia de su vivienda en Santa Clara y los obligó a abandonar el país.
En la actualidad, Arboláez Abreu necesita una tomografía, un electrocardiograma y exámenes de sangre valorados en 650 dólares, una cifra que no puede pagar.
