La escuela capitalina donde estudió Martí es nombrada Escuela Asociada a la UNESCO.

El otrora Colegio Superior San Pablo para Varones, donde antes se impartieron estudios primarios, ahora la Oficina del Historiador de la Ciudad, coloca la institución a disposición de los niños del municipio Habana Vieja y de otros territorios aledaños
 

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Audrey Azoulay, directora general de esa organización de las Naciones Unidas, develó la tarja que nombra a la escuela Rafael María de Mendive de La Habana, centro escolar como miembro de Escuelas Asociadas de la UNESCO, luego de que se realizara allí una inversión general que duró alrededor de cuatro años. El otrora Colegio Superior San Pablo para Varones, donde antes se impartieron estudios primarios, ahora la Oficina del Historiador de la Ciudad, coloca la institución a disposición de los niños del municipio Habana Vieja y de otros territorios aledaños.

Hablamos de la Educación Cubana, por ser el lugar donde Martí terminó de cursar sus estudios primarios bajo la tutoría del profesor Rafael María de Mendive, quien lo acogió  como a un hijo, al igual que a Fermín Valdés Domínguez.

Según informa el medio oficialista Cubasi, la arquitecta Norma Pérez-Trujillo Tenorio, inversionista principal de la restauración dejó saber que“es una obra añorada por Eusebio Leal desde hace muchos años. Cuando estábamos haciendo otras intervenciones en El Prado, como el Palacio de los Matrimonios (el primer Casino Español de La Habana) siempre que él venía a visitarlo señalaba: `pero el edificio más importante es aquel donde estudió Martí`. En aquellos instantes aquí radicaba una empresa del Ministerio de la Industria Básica”.  

 Al comentar algunos elementos históricos, explicó que Mendive, en segundas nupcias, vivió en este sitio a partir del año 1860, y ya en 1864 además de ser su vivienda lo convirtió en el Colegio San Pablo, dirigido a la segunda enseñanza. Así, en 1865 Martí, con 11 años, llegó a terminar sus estudios primarios y estuvo hasta 1869.

La arquitecta dijo además al referirse a la estructura de la edificación, que se trata de dos parcelas (conocidas en aquel entonces como la número 88 y la 90), ubicadas en la intersección de las calles Prado y Ánimas, las cuales fueron compradas durante los años 1945-1946 por la compañía norteamericana General Electric.

“No obstante, tuvimos la suerte de encontrar escondidos en los falsos techos restos de pinturas murales del siglo XIX, y con estos fuimos armando las imágenes, de vegetación, de pájaros, que hoy se pueden apreciar gracias a la labor de los restauradores de la Oficina del Historiador y de otros que fueron convocados.

 

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