Yolanda, rota de dolor, recuerda a su fallecida hija Suylén Milanés

“Tu primer cumpleaños lejos de esta tierra y el dolor de tu ausencia me corroe el alma”, escribió en un sentido post la ex pareja de Pablo Milanés
Yolanda y sus hijas
 

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Yolanda Benet, ex esposa del cantautor cubano Pablo Milanés y madre de tres de sus hijas, dedicó un emotivo post en Facebook a su hija Suylén, fallecida prematuramente el pasado 30 de enero en La Habana tras un accidente cerebro-vascular.

Benet, tuvo como excusa la fecha del 3 abril, día que Suylén, junto a su hermana gemela, Liam, estaría cumpliendo 51 años. La familia siempre festejaba en la primera semana de abril los cumpleaños de las tres chicas de la casa, el 3 de abril las jimaguas, el siete, el de Lynn, la mayor de las Milanés Benet.

“Mi hija querida. Hoy, tu primer cumpleaños lejos de esta tierra y el dolor de tu ausencia me corroe el alma. Hoy más que nunca he sentido la falta que me haces, tu abrazo cálido y cariñoso y tu interés por saber siempre si era feliz”, escribió Yolanda.

En el post, Yolanda da detalles de cómo fueron los días anteriores al trágico suceso. “Hablé contigo el día antes de la tragedia sin saber que sería la última vez. Me contaste tus planes futuros, tus deseos de verme, hablamos de tus hijos, de tu vida, sin saber que era nuestra despedida”.

La madre explica que no se encontraba en Cuba cuando todo sucedió: “Ya no estabas. Preferí quedarme con tu imagen sonriente y así recordarte”.

“Me fui a tu casa, a tu refugio y me extasié mirando tus hermosos y originales cuadros, diseminados por tu artístico apartamento lleno de ti, de esa obra tan tuya que casi nadie conoce y que son de una creatividad digna de una artista. Leí tus pensamientos que reflejaban tus creencias hinduistas, tus altares, tus fotos de familia y amigos. Te fuiste mi niña, pero queda tu preciosa obra”, agregó Yolanda en el emotivo homenaje.

La ex pareja de Pablo Milanés dijo que sería difícil olvidar a Suylén: “Todos te querían, no había lugar que llegaras y fueras ignorada porque irradiabas una energía contagiosa. Dentro de mi más inmenso dolor he tenido que sonreír de haber tenido una hija tan querida. Es una enorme satisfacción para una madre rota de dolor y de tristeza que le costará mucho resignarse a tu ausencia”, agregó, para concluir con una dulce despedida: “Descansa en paz, mi niñita y disfruta mucho tu llegada a ese mundo celestial que se vestirá de gala para recibirte. Adiós mi adorada hija hermosa. Irreverente. Única e inolvidable. Con todo mi amor, Mamá”.

 

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