León del Zoo de 26 “aclara” sobre ataque de monos a reportero oficialista

Después del “bochornoso” incidente en el Zoológico de 26 en La Habana donde unos monos atacan a un reportero oficialista, el león del propio Zoo ha tenido que tomar cartas en el asunto. Disfrute de esta carta para aclarar los hechos
Zoo de 26
 

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Luego del incidente entre los monos del Zoológico de 26 en La Habana y un reportero oficialista, donde a este último le lanzan de todo mientras reportaba para la televisión, el león ha tenido que intervenir a través del siguiente comunicado.

A las autoridades pertinentes y las instancias correspondientes:

Compañeras y compañeros, animales todos, cuidadores, veterinarios y personal de servicios de esta hermosa y hospitalaria entidad, soy Lele, el león menos viejo del zoológico, el que siempre anda caminando en la jaula (los otros dicen que no se mueven porque se pueden desmayar del hambre), cosa que, como verán, yo no suscribo. Soy el flaco de la melena. El único que ruge, aunque los otros me ataquen preguntando que de dónde saco las fuerzas para hacerlo.

En fin, ya presentados, digo el motivo de mis palabras: Escribo para decir la verdad, y narrar los tristes acontecimientos que sucedieron ayer, y salvar mi responsabilidad (y de alguna manera la responsabilidad de los otros leones) porque siempre está el aquello de que somos los reyes de la selva, y por ende, pudimos ser los jefes, los cabecillas, y los que dirigimos el acto de repudio que los monos chimpancés o chimpanceses dieron al compañerito periodista de la televisión cubana. Y no es así. Aquí casi todos vemos diariamente la Mesa Redonda y nos gusta. Randy parece uno de los nuestros.

La prensa al servicio del enemigo se ha aprovechado de este lamentable suceso, que por suerte no tuvo consecuencias mayores, para hablar de “atentado” contra un compañerito o miembro destacado de los medios de comunicación revolucionarios. Y todo el mundo sabe que cuando se usa, irresponsablemente, la palabra “atentado”, se piensa en cosas de otra magnitud y se empieza a sospechar que no fue un acto improvisado y espontáneo de un solitario, sino que había más peces en la cazuela, en este caso leones.

Les informo de paso que esos monos siempre han sido problemáticos, escudándose en la leyenda de que los de su especie hacen monerías y cosas simpáticas; son bastante insolidarios y manifiestan actitudes hostiles hacia otros miembros de esta comunidad, como las ardillas, los pavos reales, y los osos, y se mofan de las jicoteas, y ofenden a las jutías diciéndoles ratones y arrastrado al majá de Santa María. Y no se guíen por las apariencias, el gorila se hace el que no está en nada, pero es un mafioso, y los orangutanes solamente son rojos por fuera.

Pero, si esos primates no mantienen una actitud amable y educada con el público que nos visita, se han comportado de modo incivilizado con un representante de la prensa revolucionaria, atacándolo, como han reflejado nuestros enemigos, que describen lo que hicieron de este modo: “Monos escupen y tiran frutas a periodista cubano en pleno reportaje sobre el Zoológico de 26”, hay que analizarlo profundamente con el resto de los habitantes de este lugar y sacudir la mata aunque caigan nidos y lagartos.

El mismo compañerito periodista lo tomó como un pequeño accidente, porque la sangre no llegó al río. Él escribió que “se encontraba grabando un reportaje en el Zoológico de 26 de La Habana, cuando unos chimpancés lo atacaron”. Los enemigos de nuestra patria quieren usar este lamentable incidente para meter en la misma jaula -y perdón por la metáfora- a todos los mamíferos, cuando aquí todo el mundo sabe que esos chimpancés mantienen contactos con familiares en el exterior y compran en bolsa negra a través de unos empleados del zoológico, y hasta consumen piña y limón, que, como se sabe, es la base de todo.

No quiero acusar, ni señalar a otros animales y/o humanos, pero a estos chimpancés los visitan bastante algunos periodistas independientes y opositores al sistema, por eso no me extrañaría que aquí esté metida la mano de la CIA y de la mafia de Miami. No importa si ahora, en las redes sociales, este compañerito periodista oficialista de la televisión cubana llamado Leonardo Ferrer Llópiz, por no parecer trajín, acomplejado por lo que le pasó, o por quién sabe qué razones, haya dicho, muy a la ligera, que “primero le tiraron un mango sin cáscara, luego otro con cáscara y por último agua”.

Esa declaración va a irritar a muchos cubanos que llevan meses sin agua y se pondrán en contra de todos nosotros por culpa de los monos que estaban derrochándola en una bobería, con todo respeto hacia el periodista. En otro reporte de la prensa mercenaria dicen lo siguiente: “En el material se ve cómo el joven está haciendo su trabajo cuando el chimpancé comienza a lanzarle comida”. 

Agua y después comida. Dos palabras muy delicadas y sensibles en estos serios momentos que vive el país. Cualquier irresponsable o resentido que lea eso va a pensar que aquí en este zoológico vivimos como Carmelina, y que acá adentro todo es Jauja, cuando nosotros -hablo de los felinos y del resto de las variedades del mundo animal- sorteamos las dificultades del país igual que el resto de la población. Bueno, menos los caracoles africanos, que hacen lo que les sale de la baba, y las tres avestruces, que desde que el compañero Guillermo García habló de ellas como fuente de alimento tienen la cabeza metida en la tierra y mantienen un perfil animal bajo.

Desde nuestros aposentos vimos y oímos todo lo que pasó realmente con el compañerito oficialista, y puedo afirmar, en nombre de todos y en el mío propio, que ellos han estado esperando la visita de algún querido dirigente del gobierno para hacer algo como lo que hicieron. Y digo más, esos primates tienen problemas ideológicos y ecológicos, andan jineteando a los visitantes continuamente y se creen superiores a nosotros desde que uno de ellos leyó que un tal Charles Darwin decía que los hombres descienden de ellos.

 

Creo que se necesita un castigo ejemplar, y que de paso se tomen medidas contra el despilfarro de fango que hacen los hipopótamos, que se controle la venta de plumas a los extranjeros que están haciendo los pavos reales, y que alguien le quite la cara de satisfacción a los cocodrilos del estanque, que parece que están chocando con la fibra, consiguiéndola por la izquierda. Y ya digo, mucho ojo con los monos. Si le hicieron esto a un desconocido, no se imaginan lo que tienen planeado hacerle a Irma Shelton o a Serrano, si vienen.

Si algún señalamiento puedo hacerles (y esto lo hemos conversado entre nosotros, con los tigres y el resto de los felinos de la institución) es intentar que, al menos una vez al mes, podamos probar algo más nutritivo, como la carne o los huesos, aunque tengamos que ir a una misión internacionalista. Estamos conscientes de las dificultades económicas que pasa el país por culpa del bloqueo y sabemos que a lo mejor esta petición nuestra no se pueda satisfacer.

Pero nos hace felices ayudar, y hacer lo posible que nuestra patria adoptiva sea el primer país en el mundo que logre mantener vivos a los leones con lechuga, boniato y apio.

Queda de ustedes, revolucionariamente, Lele el león, cuyo lema de siempre ha sido: “Somos felinos aquí”.

 

 

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