Mucha polémica ha desatado en las redes sociales el video que hiciera Jose Luis El Tosco recientemente sobre el Coronavirus. Varios usuarios han dejado saber su descontento con el material que sale a la luz en el medio de todo el conflicto mundial por la propagación del COVID-19.
Entre los usuarios se encuentra el músico Alexix Diaz Pimienta quien dio -a decir de el mismo- su humilde opinión al respecto. En estos momentos de pandemia mundial los artistas mundiales deben tener un poco de tino pues creaciones hablando del coronavirus puede herir sensibilidades del publico. Esto pasó con el músico cubano Jose Luis Cortés, más conocido por El tosco, quien en medio de la crisis sanitaria mundial, se le "ocurrió" componerle un tema al COVID-19.
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"La música popular cubana en su rama bailable ha sido tradicionalmente irreverente y disfrutona, sin complejos. Son los ritmos nuestros en esa vertiente musical tan propensos al humor y al estribillo pegajoso y gozoso, como lo son a la trascendentalidad lírica la nueva trova, por una parte, o al melodrama el bolero, por otra. Y en cada caso es un verdadero reto (y un arte) conseguirlo. Pocos neotrovadores, pese a poses y buenas intenciones, logran el deseado estándar poético; pocos boleristas logran calar en la sentimentalidad del amor o el desamor ya para siempre; y pocos soneros, salseros o timberos logran encajar estribillos o canciones que trasciendan su momento hit, a veces tan efímero. Pero eso sí, lo intentan. Todos. El Tosco también. Y yo creo ante cada obra de arte (literatura, plástica, cine, música de todo tipo), el analista no debe subvalorar la voluntad del creador, su intención al crear, el por qué de su génesis.
Dicho esto, les comento que desde que comenzó la crisis de la pandemia, cuando los miles de muertos eran chinos (muy lejanos) y luego italianos, y ahora españoles (menos lejanos) desde varias países de América Latina me comenzaron a llegar vídeos musicales, caseros la mayoría, que, con ritmos populares (cumbia, sones, guarachas, décimas), hacían humor, pero un humor "descongestionador", burlesco, casi quevediano (algunos con arreglos coreográficos incluso). ¿La intención? ¿Reírse? No. Quitarle hierro, como dicen en España. Aquí en España igual: antes de que fuera una masacre como ya lo es, han circulado memes en formato musical, "riéndose" para no llorar de la desgracia del encierro obligatorio. Y decenas de cantuatores han compuesto canciones para incitar a quedarnos en casa (yo he colaborado con algunos).
En Cuba, cuando los grandes clásicos de nuestra música popular (los Toscos de entonces) eran testigos de un episodio que estremecía a la sociedad, ellos componían sus sones, guarachas, décimas, montunos, guangancós, rumbas y todo tipo de música, para hacer, a su modo y estilo, la crónica del hecho. De un incendio real nació "El cuarto de Tula", por ejemplo, y "El diablo tun tun" glosaba la vida de un personaje real habanero. Y siempre, en este género, la esencia del texto era "contar" y "hacer bailar", o sea, dotar de un tono popular y relajado la realidad del hecho. No debe confundirse esto con la tradición del choteo, tan nuestra, pero tan lejana en este caso. Ni debe verse en esto un ejercicio de "poética del mal gusto". Hoy he escuchado la canción buscando yo también -a priori y avisado- lo punible. Y me ha "decepcionado". Nada que no esperara. He ahí una canción simple que "versifica" con ritmo de timba consignas sanitarias, y que puede pecar de panfletaria, sí, pero de nada más. Y aquí debemos acudir, una vez más, al concepto de música y poesía populares emergentes (de emergencia, entiéndase), esa creaciones de ocasión que surgen en momentos como este, sin más pretensiones. La timba, encima, es un género en el que ya muchos especialista reconocen que se "recurre al tono sarcástico y al vocablo agresivo". En este caso, entonces, al contrario, han sido respetuosos. Dicen los que han estudiado la timba que en ella "el estribillo breve y repetitivo se combina con la copla narrativa y descriptiva". Y he aquí un perfecto ejemplo. El Tosco más canónico acogiéndose al cánon. El Tosco más Tosco haciendo del Tosco, o sea, haciendo lo mismo que hacía Ñico Saquito en su época (satirizar, no burlarse).
Creo, sinceramente, que hace mucho que seguimos en Cuba creando una absurda dicotomía entre música "seria" (símbolo de alta cultura) y música "no seria" (símbolo de baja cultura), dándole esta marca a todo aquello que no sea "sublime" en la escala jerárquica de una sociedad cada vez más culta, y a la vez más clasista, sin quererlo, sin saberlo, clasista en su no-clasismo oficial. Pero ese no-clasismo oficial -no reconocido, pero existente y notorio- nos ha formado y de-formado a muchos (¿a todos?), de manera que muchas veces nos ponemos a buscar excelencias de un tipo donde hay excelencias de otro tipo (inadvertidas casi siempre). El Tosco toca y compone no para que pensemos, sino para que bailemos (de "enseñarnos" y ayudarnos a pensar ya se encargan otros músicos). El Tosco sabe que su "target" real, su público real, es el de los timberos y timbófilos, gente que baila y percibe los mensajes a través de estribillos, más que de poemas y canciones sesudas. Mucho menos de eslóganes. Como el neotrovador compone para su "target" musical-literario. Y el poeta escritor para el suyo.
Dice el Tosco:
"Salúdame con el codo
pa' que no se me pegue
pa' que no se me pegue
el cononavirus"
Y luego, en versos sueltos:
"apártate de la jeba / que si esa chica estornuda / la cosa de pone fea"
"si el virus se riega en Cuba / ay, agárrate, Josefina"
"hay que lavarse las manos / y usar siempre el tapabocas / besar lo menos posible / porque el virus está en la boca"
En fin, nada trascendente. Nada sublime. Nada importante. Nada serio. Pero tampoco nada irrespetuoso. Versos llenos de tópicos creativos a nivel textual, pero hasta ahí el cuento.
Luego viene el estribillo
"A él lo cogío
el Coronavirus
y no lo salvó
ni el médico chino".
Y estos versos son, según leo, los que más ampollas ha levantado, curiosamente, por hablar del "médico chino", un personaje de la mitología popular cubana tan reconocido como inocuo. Tener "un chino atrás", o que "no te salve ni el médico chino" hace tiempo son frases lexicalizadas en el habla popular cubana, despojadas de todo el vestigio de racialización con el que surgieron. ¿Entonces? ¡Ah, que el virus del Covid surgió en China! ¡Vaya!
¡Por favor, amigos, no seamos exquisitos! Si desde el punto de vista técnico (y hablo de técnica de composición poética popular), lo del "médico chino" es un hallazgo (una frase "pertinente" en contexto lingüístico). Lo peor, desde mi punto de vista, es que utiliza lo que se llama una "falsa rima" ("virus" y "chino", que no riman ni en asonante ni en consonante; s este tipo de rimas yo le llamo "ilusión fónica", como "menos" y "venus"). Pero esto es algo tan técnico, que si el Tosco no lo sabe, su `público menos. Por lo tanto, funciona. Y los timberos bailan. Y se aprenden el estribillo. Y son capaces de corearlo. Por lo tanto, lo aprenden, lo repiten: objetivo cumplido. Miles, tal vez millones de cubanos que bailan con la música del Tosco, a lo mejor le hacen más caso a este estribillo que a las campañas oficiales del Ministerio de Salud en las pantallas de sus televisores; o a mis poemas en décimas (también de ocasión) o a una canción del mismísimo Silvio Rodríguez (si las musas lo pusieran trascendente ante un "animalito" con tan pocas rimas).
En fin..., que yo solo digo: cubanos, amigos, colegas, no nos pongamos exquisitos. No nos rasguemos las vestiduras por nimiedades de este tipo. Aquí lo importante es convocar y convencer. Yo convoco con décimas. El cantautor con canciones. El actor con mini-sketchs, el locutor televisivo con alocuciones serias leídas muy serio; el político con arengas y consignas; el humorista con chistes; el poeta con citas ajenas y versos propios, el simple posteador en RRSS con post de todo tipo. Pero el objetivo es el mismo: convencer al resto de la sociedad de lo importante que es quedarse en casa, para parar entre todos la pandemia.
Como diría un humorista español: "un poquito de por favor", que el enemigo no es el Tosco 2020... es el COVID-19.
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Ah, y para evitar suspicacias -que estamos (o somos) muy sensibles- yo no conozco al Tosco personalmente, no somos amigos. Creo que nos hemos cruzado dos o tres veces a lo largo de la vida, en aeropuertos y calles habaneras. Y yo no bailo timba: soy más de boleros y de Silvio Rodríguez