Multa de 2000 pesos a periodista cubano por comer en la calle

Multaron al periodista independiente Jesús Jank Curbelo, con 2000 pesos (83 dólares), por comer en la calle
Multaron al periodista independiente Jesús Jank Curbelo, con 2000 pesos (80 dólares), por comer en la calle
 

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Este lunes, autoridades cubanas multaron al periodista independiente, Jesús Jank Curbelo, con 2000 pesos (83 dólares), por supuestamente comer en la calle.

El propio reportero denunció lo que considera una injusta medida en sus redes sociales.

"Me acaban de poner 2000 pesos de multa por comer en la calle. Lejos de todo el mundo, por cierto", explicó en Facebook Curbelo.

Tras la indignación, el reportero dejó claro, sin tapujos, lo que cree del régimen de la isla.

"No voy a dar mucha muela respecto a eso, pero salgo del clóset. Dictadura y bien!", sentenció.

 

 

Colegas como Elaine Díaz se unieron a su reclamo.

"Lo que lo convierte en dictadura no es la multa. Injusticias (y multas estúpidas) hay también en las democracias. Lo que lo convierte en dictadura es todo lo que te ha pasado antes de la multa y lo que probablemente pase después", expresó la periodista.

También Maykel González Vivero, escribió en el post: "Lo siento mucho. Volvió el terror".

Jesús Jank Curbelo, quien salió hace años del periódico oficialista Granma, ha sufrido la represión de la Seguridad del Estado en varias ocasiones. La primera vez fue en 2018, cuando cubría los daños del huracán Michael en Pinar del Río.

Otro de esos episodios tuvo lugar en julio de 2019, cuando fue detenido junto a una fotógrafa en la provincia de Holguín, mientras preparaban un reportaje para Periodismo de Barrio. 

En un texto entonces para El Toque, narró cómo fue interrogado por agentes del aparato represivo, y esto le ha dejado secuelas.

Allí incluso lo amenazaron con su pequeño hijo.

"No quiero irme de Cuba, sin embargo, es como si me botaran. O como si tuviera que cambiar la manera en que he concebido mi vida para quedarme. Dijo aquel Mayor que me dedicara a cuidar de mi hijo. Lo hago. Por eso el yale está puesto desde que regresé de comprar cigarros. A mí que me torturen, pero, ay, no la cojan con mi hijo. Mi hijo no tiene culpa de ustedes. Mi hijo es un sol", dijo en su crónica.

 

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