10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos

Un gobierno que ignore de forma tan cínica y abierta como lo hace el régimen cubano los derechos individuales básicos no puede pretender ningún tipo de estabilidad y, mucho menos, prosperidad.
 

Reproduce este artículo

 

Cuando en abril de 1945 51 estados de todo el planeta decidieron firmar la Carta de las Naciones Unidas, encargándole a esa organización el mantenimiento de la paz en el mundo, la Segunda Guerra Mundial recién terminaba.

En el tratado fundacional de la ONU se ordenaba el establecimiento de una comisión "para la promoción de los derechos humanos" que, conformada por 18 representantes de varios de los países firmantes, comenzó entonces a elaborar un documento que terminaría siendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

No es muy conocido que la Declaración fue una iniciativa cubana que, desde las primerísimas sesiones de la Asamblea General en Londres, encomendó al Consejo Económico y Social la tarea de elaborar un documento de consenso.

El diplomático cubano Guy Pérez de Cisneros, que tuvo una participación destacada en esos preparativos, recordó en un discurso que el primer proyecto, muy modesto, depositado oficialmente para servir de base a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, lo redactó el Dr. Ernesto Dihigo, eminente jurista y profesor de la Universidad de La Habana.

La primera redacción del documento se terminó en mayo de 1948 y después fue sometida a revisión y se le realizaron una serie de modificaciones. De los 58 estados que entonces componían la organización, 48 votaron a favor, 8 se abstuvieron y 2 estuvieron ausentes durante la votación.

Desde entonces, cada 10 de diciembre se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos.

LA DECLARACIÓN

La Declaración Universal de los Derechos Humanos está dividida en un preámbulo y en 30 artículos. En su preámbulo se establecen los motivos y las consideraciones principales previas a la Declaración, mientras que el cuerpo principal de la Declaración (del artículo 3 al 27), puede dividirse en cuatro grandes bloques que recogen distintos tipos de derechos:

   - Derechos de carácter personal.
   - Relación entre el individuo y la comunidad.
   - Derechos de pensamiento.
   - Derechos económicos, sociales y culturales.

Los tres últimos artículos recogen las condiciones y límites para el cumplimientos de los artículos anteriores. Todos estos derechos cubren un área esencial del ser humano, y ninguno de ellos puede ser colocado por encima del otro, ni obviado sin afectar a los demás.

Por eso la Declaración Universal de los Derechos Humanos suele estar presente en el espíritu de la mayoría de las constituciones nacionales aprobadas desde 1948 en todo el mundo.

La DUDH ha servido además como fundamento para dos tratados multilaterales firmados por casi todos los países del mundo: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

CUBA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Desde los primeros días del triunfo de la Revolución, el gobierno cubano acumula un triste saldo en lo que respecta a los DDHH. Es una triste paradoja que el país que a finales de la década del 40 del siglo XX estuvo a la vanguardia del pensamiento jurídico continental, y que convenció a la ONU de aprobar una Declaración universal, se haya convertido en esta últimas décadas un lugar de abusos constantes y violaciones casi interminables.

La incapacidad congénita del régimen cubano por aceptar los pilares básicos de la convivencia política civilizada, e incluso los derechos más elementales a la libertad de pensamiento y asociación ha provocado que organizaciones internacionales y numerosos Gobiernos extranjeros critiquen a la isla, que ha firmado, pero no ratificado, los dos pactos internacionales antes mencionados.

Tratando de hacer frente a las constantes acusaciones de diversos foros internacionales, el gobierno cubano quiere hacer pasar por "derechos humanos" sólo una parte de los derechos reconocidos en la Carta, o de las responsabilidades básicas de un estado con respecto a sus ciudadanos, ocultando así su lamentable historial de violaciones de todo lo que tenga que ver con cualquier librepensamiento y disidencia política.

Organizaciones no gubernamentales que monitorean la situación de los derechos humanos en Cuba, dan cuenta cada mes de los numerosos arrestos por motivos políticos y los constantes actos represivos que enfrentan los opositores en la isla.

Este último años, esa situación ha empeorado notablemente. Casos como la lista creciente de activistas "regulados" a los que se les impide viajar libremente; la represión contra la marcha LGBTI que tuvo lugar en el Malecón habanero, la detención del periodista Roberto de Jesús Quiñones; el acoso  permanente contra el artista Luis Manuel Otero Alcántara y el reciente arresto -y subsiguiente montaje mediático- contra el líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer, son sólo algunos de los más visibles.

Esa situación no debe continuar. La isla está actualmente en una encrucijada en la que, tras cinco décadas de educación comunista y propaganda oficial, la mayoría de los cubanos nacidos con la Revolución empieza a reconocer la legitimidad de los derechos individuales inalienables. Ya son otros los comportamientos, son otras las reivindicaciones, o las formas que adopta el antiguo y permanente reclamo por la libertad humana. Un gobierno que lo ignore, de forma tan cínica y abierta como lo hace el régimen cubano, no puede pretender ningún tipo de estabilidad y, mucho menos, prosperidad. Por eso pedimos: #AlzaTuVozPorCuba

 

Relacionados