Las malas condiciones asistenciales en el Hospital Nacional Enrique Cabrera, de La Habana, fueron denunciadas en un post por la periodista Maryam Camejo.
Camejo expuso la falta de atención, la indolencia por parte del personal de enfermería y la escasez de recursos, la cual, condujo, incluso a la demora en trasladar el cadáver de un paciente, fallecido en una de las salas de la instalación hospitalaria.
“El problema es que es el Hospital Nacional Enrique Cabrera. El problema es la insulina que se les olvida indicar en la historia clínica, el muchacho del laboratorio que no sube a la sala a medir el azúcar. Supongo que se le olvida ¿no?”, escribió la periodista.
“El problema— añadió— no es si es limpio o sucio, sino la negligencia, la inercia. El que nadie se mueve hasta que yo voy y "meto el pie", yo con mi cara más joven de lo que soy realmente y mi velo de quien "debe haber estado fuera"”.
La periodista, una de las practicantes del islam en Cuba, denunció la ausencia de “médico en toda la tarde y que el de guardia no sube sino pasadas más de tres horas de que, dicen, lo llamaron. Pero calma, con advertir que vas a buscarlo tú misma, él aparece de pronto, vaya, como si alguien hubiera movido la varita mágica”.
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“El problema, es que no haya pilas para el glucómetro, ni tiras, donde hay diabéticos. Y así ni siquiera te explican a qué horas te tocan los medicamentos, las pruebas, etc”, expresó.
Aludiendo a una de las frases que el gobierno cubano ha colocado en grandes pancartas en la mayoría de los hospitales para reafirmar los costos gratuitos de la salud pública en la isla, indicó: “La salud es gratuita pero cuesta, sí, la sensibilidad de los otros, la responsabilidad del que dijo que venía sin falta a las 10 a medir la glicemia. Y nunca llegó. Cuesta que los pacientes y ex-pacientes te digan que "ese hospital es un carnicero", "eso es terrible", "tremendo reguero"”.
“Cuesta la paciencia, el buen carácter. Cuesta el que te digan que en la sala de al lado se murió una mujer y estuvo el cadáver tapado varias horas en la cama porque no había transporte o camillero, y ahí, junto a los otros pacientes, esperaba su transportista hacia el otro lado. Cuesta la claridad necesaria en estos momentos y ¡el enojo contenido! Cuesta, cuesta, cuesta. Incluso la esperanza”, prosiguió la periodista.
“Así No Vamos Por Más a ningún lado. Así estamos estancados en no sé qué habitación del autoengaño”, afirmó Camejo.
Las críticas a los servicios de salud en Cuba se han incrementado en los últimos años debido a la suciedad, la falta de insumos o la mala atención en algunos centros del circuito hospitalario. A esa situación se suma la grave falta de medicamentos en las farmacias estatales para atender enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión.
Los funcionarios del Ministerio de Salud Pública han asegurado que a pesar del embargo estadounidense tienen todas las condiciones garantizadas para brindar una salud de calidad al pueblo cubano.