Vistar Magazine cumple 3 años

Vistar es hoy uno de los más sobresalientes proyectos independientes en Cuba, y también uno de los más exitosos.
 

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¿Una revista de farándula en Cuba?

Es la pregunta que todo el mundo se hace la primera vez que oye hablar de esta atípica publicación cubana, que ya ha cumplido tres años como un medio independiente y cada vez más conocido dentro y fuera de la isla.

 

Con sus 43 números, una oficina propia, una veintena de trabajadores y efectivos canales de distribución en las redes sociales y a través del Paquete semanal (una web con 5 millones de hits mensuales y 50 mil descargas mensuales de su PDF sin contar las copias que circulan a través del Paquete), Vistar es hoy uno de los más sobresalientes proyectos independientes en Cuba, y también uno de los más exitosos.

Un proyecto que, en cualquier lugar del mundo, puede ser arriesgado desde el punto de vista empresarial, en un país como Cuba, donde la publicidad escasea y un ciudadano no puede iniciar legalmente su propia revista, Vistar es casi un acto de locura. A pesar de los factores en contra, el ambicioso plan de su director creativo Robin Pedraja, ha empezado a dar frutos: además de la versión en español, se hace otra en inglés, y sobre todo, se ha conseguido potenciar en poco tiempo una marca para un público cada vez más fiel.

Como en todas las revistas tradicionales de su tipo, lo esencial radica en la combinación de texto y diseño, y en el sello que han ido marcando sus portadas. Por ella han pasado desde estrellas locales (actrices, reguetoneros, humoristas, bailarines...) hasta un personaje de dibujo animado, Elpidio Valdés, que con más de 40 años de "nacido" sigue gozando de indiscutible popularidad. Pero lo fundamental es hacer un producto que rebase la idea de publicación local y que consigan la calidad de sus similares internacionales.

"Tratamos de que todo el tiempo la revista se nutra de referentes internacionales" --comenta Gerardo Cruces, estudiante de 5to año de Diseño Gráfico, que trabaja en Vistar Magazine desde el 2015 y ha hecho aproximadamente 16 números de Vistar. "También de que se sienta que es un producto cubano, a partir de su visualidad y su diseño editorial, matices de colores e ilustración se note que es Cuba, una visión de Cuba para el mundo, lo más dinámica y llamativa posible".

Hacer algo así en Cuba tiene, por supuesto, méritos  añadidos: la falta de recursos, la escasa conexión a Internet, lidiar con la desconfianza que inspiran los medios no estatales en un país donde la idea de la prensa ha estado circunscrita durante décadas al periodismo oficial... "Trabajamos en una oficina en la que tenemos, como en casi todos los lados o medios independientes de acá, problemas con Internet, con la conexión, el flujo de información, con las coberturas que se pueden o no se pueden hacer..."

Todo eso, más el típico factor sorpresa que vale para todo lo Made in Cuba, mucho más en este tipo de trabajos. "El proceso de trabajo es accidentado --explica Cruces-- y a veces hay que reconstruir el número a última hora porque depende de muchos elementos ajenos a nosotros. Ojalá todo saliera como uno quiere desde el principio, pero al final se llega a lo que se quiere".El saldo de estos tres años es, sin embargo, más que positivo. Vistar ha ido ganando anunciantes y su marca rebasa ya lo puramente editorial para convertirse en un soporte de eventos, premiaciones o en una marca de creativos que ofrecen servicios de promoción a artistas.

 

Cada vez llegan más visitantes a la isla interesados en ese extraño "fenómeno" que contrasta con el resto de la llamada "prensa cubana". Estos medios independientes se han ganado un espacio en la cultura nacional, y ha trabajado duro para hacer realidad la visión fresca y desprejuiciada de una generación de jóvenes creativos en un mercado incipiente donde casi todo está por hacerse.

 

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