Este 8 de diciembre se cumplen 40 años desde que el fanático, Mark David Chapman asesinara a tiros a uno de los grandes ídolos musicales del siglo XX, el cantante y compositor británico, John Lennon.
Los medios de prensa de cualquier parte del mundo, lo recuerdan y algunos se preguntan, cómo reaccionó su pareja, Yoko Ono, cuando presenció el atentado a su vida y finalmente su muerte a lo largo del día. ¿Qué hizo Yoko durante ese 8 de diciembre de 1980?
Ese día habían trabajado más de cuatro horas en el último sencillo de la cantante japonesa. Yoko Ono había sugerido que después de tanto trabajo salieran a un restaurante en la citadina Nueva York para cenar, pero Lennon quiso seguir para el apartamento, pues buscaba despedirse del hijo de ambos, Sean, antes de dormir.
Llegaron en un taxi y eran cerca de las 11 de la noche. Apenas Lennon se baja y avanza hasta la puerta de su apartamento, un hombre se le abalanza y le dispara en cinco ocaciones, dos balas le hieren en el hombro izquierdo, otras dos en el lado izquierdo de la espalda y otra apenas le roza. Yoko Ono se lanza sobre su esposo ya en el suelo y clama a gritos por auxilio.
“Lo último que hicimos fue grabar esa canción. Todavía es duro pensar y hablar sobre ello porque es un tema que va sobre nosotros y sobre cómo seríamos recordados cuando nos convirtiéramos en cenizas. ¿Por qué estaba pensando en eso? Es muy raro (…)”, dijo Yoko Ono en una entrevista hace varios años.
John y Yoko, de 40 y 47 años respectivamente, también estaban inmersos en la promoción del álbum de Lennon, Double Fantasy, lanzado tres semanas antes de su asesinato. El asesino Chapman le había solicitado un autógrafo temprano en la mañana y Lennon complacido le habría preguntado: “¿Sólo necesitas eso?”.
Era un 8 de diciembre ajetreado. El exbeatle decidió cortarse el pelo antes de volver a su apartamento para encontrarse con Annie Leibovitz. La reputada fotógrafa era la encargada de inmortalizar a Lennon para la portada de la revista Rolling Stone.
“Siempre he considerado mi obra como una única pieza, tanto si es con los Beatles, con David Bowie, con Elton John, con Yoko Ono… y considero que mi obra no estará finalizada hasta que esté muerto y enterrado. Y espero que para eso todavía falte mucho, mucho tiempo”, dijo Lennon durante la entrevista.
Lo demás es historia. Lennon llega casi desangrado a la sala de urgencias del hospital Roosevelt de Nueva York. Media hora después, se confirma la muerte y Yoko Ono entra en shock.
“Estás mintiendo, no puede ser cierto… No está muerto, no te creo”, le decía Yoko al médico Stephan G. Lynn que lo atendió en urgencias.
“Empezó a golpearse la cabeza contra el suelo. Puse mis manos en ella para que no se hiciera daño, tenía miedo de que fuéramos a tener un segundo paciente”, añadió Lynn.
A día de hoy, la artista japonesa no cree que el destino hubiese sido diferente si Lennon hubiese aceptado ir al restaurante antes que a la casa.
“Aunque hubiéramos ido al restaurante, no hubiera cambiado nada, no habríamos evitado lo horrible… Y el coche se paró, salimos de él y fue realmente terrible”, dijo sobre el impactante momento.
Lo último que haría Yoko Ono ese día sería pedirle al hospital que retrasaran la rueda de prensa sobre el estado de salud de Lennon. Su hijo estaba despierto y quería decírselo ella primero. Salió hacia su casa, cruzó la puerta donde antes habían disparado a su pareja y fue a contarle a su hijo el final de la tragedia.
