“¿Asere, qué estás buscando?”: la corrupción viene desde adentro

Varios revendedores en la ciudad de Cienfuegos cuentan a ADN CUBA cómo "opera" este pecueliar negocio en el que la corrupción viene de adentro
Boulevard de Cienfuegos, Cuba.
 

Reproduce este artículo

¿Asere, qué estás buscando? Yo tengo aquí todo lo que quieras. Tengo refrigeradores, ollas reinas, ventiladores, zapatillas, llaves de agua, tornillos, cajitas decodificadoras, turbinas, lavadoras, ropa, gafas, keratina y si quieres comprar un carro te lo pongo en tu casa”.

Esas fueron las palabras de Michel, un revendedor que transita cada día por el Boulevard de Cienfuegos, su centro de trabajo. “Siempre estoy por aquí, me muevo por esta zona y por cualquier lado. Donde encuentre pincha o cosas que vender, ahí estoy”, contó a ADN CUBA.

Me llamó la atención la variedad de artículos que vendía, pero sobre todo me interesó porque este reportero andaba en busca de una turbina y en “La Eureka”, tienda de la cadena Panamericana, no había el equipo y según el portero, hacía meses que no entraban a la unidad…

Michel sí tenía turbinas, que en las “shopping” estatales se venden por un precio de 68 CUC, pero en su tienda particular costaban 90 CUC.

Socio, yo tengo que ganarme algo porque aquí donde tú me ves, estoy jugándome el pellejo, porque la policía se pasa el día detrás de nosotros. Además tengo que subirle el precio para tocar al administrador de la shopping que es el que me saca la mercancía por debajo del telón, y al chama que me presta su casa para guardar todo eso”, explica.

En este momento no hay refrigeradores en venta en Cienfuegos, en ninguna tienda recaudadora de divisa. Sin embargo, Magdiel sí los tiene, muy cerca de la Casa Mimbre, otro centro donde se venden productos en CUC.

Estos no son traídos de Panamá ni de México —comenta Magdiel— aquí no hay invento de ningún tipo, estos son de aquí mismo, además, te lo doy hasta con más tiempo de garantía que en la shopping”.

El vendedor también tenía turbinas en ventas, pero a mayor precio porque “son de las italianas, de las que roban agua a las tuberías, esas que llaman ‘ladrones’, las tengo en 130 CUC”.

 

 

Si quieres cemento, gravilla, arena, cabillas, alambrón, losas de piso, para vestir mesetas, cintillos o lo que te haga falta para construir tu casa me puedes localizar por aquí mismo que yo te resuelvo todo en un santiamén”— dice otro muchacho que me “asaltó” por sorpresa también en el boulevard.

Durante una larga charla, me contó que estos productos no se los compra al Estado, sino que los “resuelve” de manos de un amigo, que es almacenero en una tienda, la cual no identificó, y después tiene que pagarle el 10% de las ganancias por cada artículo vendido.

Con los televisores pantalla plana tienen tremendo negociazo explica Magdiel— los trabajadores de la shopping le quitan una pieza nueva y la cambian por una que no sirva y los declaran como artículos en merma, luego nos lo pasan a nosotros aquí afuera y los podemos vender así mismo, y venderle la pieza por separados o con ella, la nueva, ya puesta”.

Los medios oficialistas de la Isla se han hecho eco de esta temática desde años atrás, y hasta han denunciado casos. El periódico Granma, en su edición del día 2 de octubre del año en curso, publicó el artículo titulado Revendedores (parte 1).

En ese artículo Granma denunciaba toda una red de contrabandos en el llamado Rastro de la calle 4 y Zapata, en Plaza, y también en la TRD La Especial, de La Habana. “Pero, asere, hasta ahora todo sigue igual, porque no somos dos ni tres los que estamos en esto, somos una pila de gente y tendrán que multar o coger preso a medio pueblo”— dice Michel, el revendedor.

La mayoría de los comentarios del artículo antes referido corresponden a personas quejándose de la mala gestión de los gobiernos municipales, al no poner fin a estas acciones de contrabando.

Este país ha sobrevivido a huracanes, tornados, guerras y pudiera sobrevivir hasta a tsunamis, pero esto se fue barranca abajo y sin frenos”, comentó una señora que buscaba un lavamanos, al escuchar los precios que ponen los revendedores a las afueras de La Eureka.

Las autoridades cubanas no ha encontrado la manera de parar esta situación, denunciada incluso por medios de comunicación estatales. Al parecer las auditorias o controles sorpresas, ni la instalación de cámaras de seguridad han dado en el clavo para resolver el asunto, porque la corrupción vienen desde dentro.

 

Relacionados