Armonía de dos: un documental de Rafael Hong

Armonía de dos es un documental de Rafael Hong que discursa sobre la problemática de género. Centrando la historia en una pareja, un campesino y una mujer profesional, se nos presentan los personajes al más puro estilo de la ficción
Armonía de dos: un documental de Rafael Hong
 

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El audiovisual que se realiza en la Televisión Serrana tiene un sello indiscutible. Signo que reitera un discurso complejo, polémico, por tocar zonas sensibles de la realidad cubana y sobre todo de sus habitantes, habitantes de una geografía inhóspita y que podría ser en ocasiones llamada una zona de silencio.

Armonía de dos es un documental de Rafael Hong que discursa sobre la problemática de género. Centrando la historia en una pareja, un campesino y una mujer profesional, se nos presentan los personajes al más puro estilo de la ficción, los miembros de la familia aparecen en ese orden: Isabel, la esposa médico, Angel Manuel el campesino, y los hijos de ambos Rosabel y Enmanuel hijo.

Utilizando la entrevista y la observación como eje central de la dramaturgia, el documental nos muestra la historia de una familia compuesta por un hombre que trabaja la tierra en su finca y una mujer médico. La posible dicotomía entre la campesina en que se ha convertido Isabel y la que estudio medicina queda abolida en el discurso fílmico por el convencimiento de ambos en que una historia de amor puede solventar cualquier diferencia.

La fotografía insiste en acentuar unos planos cercanos o primerísimos planos para hacernos partícipes de la armonía de la pareja en las labores hogareñas, donde Isabel parece más campesina que una mujer nacida en la Sierra Maestra.

Una de las premisas de Armonía de dos es el discurso de Enmanuel, el esposo, que dice a cámara cuánto admira la decisión de su esposa de quedarse a vivir en la finca y construir el hogar que tienen hasta hoy, nacido del esfuerzo y el empuje de ambos.

Sin embargo es interesante el sutil discurso del esposo en cuanto a la labor realizada a través de los años en tratar de enseñar a su esposa a ser una campesina de verdad. Hay orgullo cuando dice: Isabel se confunde con una campesina más, y eso que el campo no le gustaba.

Por otra parte el discurso de Isabel, la médico, no deja de parecerse al del esposo cuando expresa: quién dice que un campesino y una profesional no pueden casarse, eso no está escrito en ningún manual. Pareciera que el posible conflicto no existiera, solo que en las imágenes del documental podemos apreciar a una mujer tratando de sobrevivir en un contexto hosti,l donde el machismo y las nulas oportunidades para las mujeres son el latemotiv de cada día.

En un momemto del metraje ella argumenta: él era muy machista y rudo conmigo pero ha cambiado y segundos más tarde el esposo sentencia: yo entiendo que el hombre en el campo debe vestir de hombre, de varón, sin zapatillas, ni aretes.Es sutil la manera en que se legitima la violencia de género, pero lo que es cierto son las nulas posiblidades de superación que tiene Isabel en su contexto, en el que no obstante los obstáculos ha decidido permanecer.

A manera de cierre el documental sostiene la tesis de la armonía de la familia y los hijos, solo que en reiteradas ocasiones Isabel afirma sentir el agobio y la monotonía de vivir en un lugar sin opciones para la recreación y el esparcimiento, más allá de la rutina, y en el caso de los hombres el consumo de alcohol como único pasatiempo.

Armonía de dos sostiene su discurso en defensa de la familia a ultranza, sobre todo la decisión tomada por esta joven médco de quedarse a vivir en la Serranía, porque ella siempre ha soñado tener una familia y defenderla hasta que se muera, sin importar el tedio, la lejanía, la nula superación y las duras condiciones que le imponen vivir en un contexto de difícil acceso. Un documental complejo pero de gran trasfondo humanista, que tiene en esas contradicciones la inevitable belleza.

 

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