Un video que muestra a un anciano de la oriental provincia Santiago de Cuba pidiendo comida porque “muere de hambre” se ha vuelto viral esta semana, pese a que la escena no es inédita en una Cuba caracterizada por la escasez constante y los bajos ingresos de la mayor parte de su población.
La causa del impacto de las imágenes quizás radique en lo que dice el protagonista, quien da indicios de no tener una claridad mental plena, pero sí de estar consciente, a diferencia de otros ancianos que pudieran definirse como mendigos o deambulantes y no gozan de buena salud mental, de muchas cosas que suceden en el país.
“Llevaba más de dos días sin comer bien, solo pancito y mier… de esas. Yo no pido en la calle mucho, pero hoy me dio por tener mucha hambre”, dijo el anciano justificándose ante su interlocutor, un joven morador de una vivienda a la que acudió para pedir comida.
“Me dije: voy a pedir por la calle. Nada más tengo en el bolsillo un peso y dije: bueno, voy a pedir, porque yo no voy a robar”, agregó, a lo que el joven respondió que, efectivamente, era mejor pedir que robar.
Tal y como se ve en las imágenes y como escribió en su perfil de Facebook, donde compartió el video, una vecina y la madre del joven, identificado como Yonni Harlan Guisao en la referida red social, brindaron almuerzo al anciano.
“Pero la duda mía era quién era este señor”, precisó Guisao en su post, por lo que, tal y como se ve en el video, intentó averiguar la identidad del peculiar y presunto anciano abandonado o en situación de precariedad.
“Le hice una pregunta incómoda, pero me respondió con mucha inteligencia. Él no es borracho, tampoco es indigente. Fue el mayor Pineda, que una vez confió en un sistema y así terminó, la cruda verdad”, explicó el joven, que, por estas razones y muchas más, según dijo, no cree en el sistema vigente en Cuba.
En el video se escucha al anciano decir que fue mayor del Minint y trabajó con los “marielitos” en la Seguridad del Estado. “Y mira cómo ando”, situó en contraste, en franca comprensión de que lo hecho en su vida laboral activa no le valió de nada para tener una vejez digna y segura.
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El presunto mayor retirado también dijo ser economista, físico-matemático y hablar inglés, francés y un poco ruso, todo lo cual le ayudó a darse “cuenta de las cosas, cómo son”. “Pedí la baja del Partido, del Minint y me fui, después de que me agotaron el cerebro”, explicó.
Por último, luego de resumir lo malo que está todo en Cuba, dijo al joven que “lo que hace falta que el primero que tenga valor, que tire la primera piedra”.
Al compartir el video, Guisao está consciente de que muchos descalificarán lo dicho por el anciano, aduciendo un mal estado de salud mental. También que “muchas personas dirán: eso es normal en cualquier parte del mundo”. Sin embargo, aseguró el joven, a esos les dirá que él no conoce el mundo.
“Sólo he llegado hasta Las Tunas, suerte con sus creencias, que yo cada vez más reafirmo la mía”, concluyó.
Cierta o no, la historia contada por el anciano que dice haber sido el mayor Pineda no es única. Esta semana ADN Cuba compartió testimonios y la dura realidad de los “viejos combatientes olvidados”, aquellos que, luego de dar sus mejores años al régimen, hoy sufren una vejez poco digna y llena de muchísimas dificultades, razón que ha llevado a no pocos a un auténtico arrepentimiento.