Bastan pocas gotas de la maravillosa bebida espirituosa para sentir una buena parte de la Historia de Cuba: el aguardiente que siglos atrás se obtenía como subproducto de la industria azucarera, el sufrimiento de los esclavos negros arrancados de su tierra, los catalanes que llegaron a este archipiélago y refinaron la tosca bebida que encontraron, el sabor de la impronta de Bacardí y sus maestros, crearon una de las marcas más famosas en el mundo.
El ron Santiago de Cuba nació en esta urbe de más de medio milenio y es un símbolo indiscutible del país caribeño, pero en realidad es un producto internacional, desde su concepción hasta su prestigio mundial: se fabrica con la caña de azúcar que no es oriunda del continente americano, los esclavos africanos cultivaban la gramínea y producían el aguardiente, los catalanes aportaron la fórmula, y se utilizó los alambiques perfeccionados de ingleses y franceses: con todo ello se obtuvo algo que era netamente cubano, pero tan mezclado como la idiosincrasia de los nacidos en esta tierra, y mundial a la vez.
La “tierra caliente” es la cuna mundial del emblemático ron ligero cubano: aquí está la famosa catedral del ron, que es la mayor bodega del país, también se conservan las viejas bases de añejamiento que otrora usara Bacardí y sus maestros para crear su aclamada bebida espirituosa, y por último, como buen símbolo de la nación, se asocian a su fabricación varios mitos y leyendas.
Se dice, por ejemplo, que las características del ron que se produce en Santiago de Cuba, que lo convierten en algo único y excepcional, dependen del clima en la Capital del Caribe, específicamente de las altas temperaturas, también del agua que se emplea para la fabricación de la bebida, de las bases de añejamiento de más de siglo y medio, y del sabor indiscutible de las mieles que sirven de materia prima.
Más curioso aún es que se dice que influyen los movimientos telúricos, comunes en este lado del mundo, y hasta las pequeñas y casi imperceptibles sacudidas de los trenes al pasar cerca de la llamada catedral del ron cubano, detalles que hacen que los barriles de añejamiento nunca “duerman” y siempre estén en movimiento.
Un lugar en Cuba donde te cuentan, a medias, el nacimiento del famoso Ron Bacardí
Si entrar a la nave Don Pancho, que es como se conoce a la Catedral del Ron Cubano, entrevistar a uno de los maestros roneros de Santiago de Cuba, de los pocos que existen en el país, o consultar documentos originales en el Archivo Provincial, sobre los primeros momentos de esta historia, son misiones casi imposibles, sí existe un lugar donde se relata la historia de esta bebida espirituosa, que incluye el nacimiento de la famosa y mundialmente conocida marca Bacardí. Se trata del Museo del Ron.
Rita González, una de las museólogas de la institución, considera que es normal que alrededor de un producto de calidad, como lo fue el Ron Bacardí en su momento, se entretejan mitos y leyendas, que era una práctica común entre productores, para hacerlos más novedosos, más interesantes; crear ciertos misterios para que las personas lo busquen, lo compren e investiguen.
“Por años se ha dicho que los movimientos de los trenes le dieron al Ron Bacardí su calidad excepcional… este es uno de los tantos mitos que existen alrededor de esta bebida, que pueden ser ciertos o no, pero científicamente no tenemos nada en el museo que avale o desmientan esas leyendas”, asegura.
“Lo que sí es cierto –cuenta González–, es que la Catedral del Ron debe su prestigio a los secretos bien resguardados de los grandes maestros que allí laboran, y hablo en sentido literal: protegen los detalles productivos como la llave del cinturón de castidad de sus hijas doncellas, a la usanza de siglos atrás. Esto le da cierto halo de misticismo al proceso de valoración sensorial en el proceso de producción, más aún si se trata de rones oscuros o extra añejos, las niñas lindas de estos artistas”.
“Es la nave más antigua de las que existen hoy en Cuba, con barriles antiquísimos y caldos de cultivo muy viejos, que precisamente cuidan los maestros roneros. Constantemente los rellenan, en una perfecta unión de lo viejo con lo moderno, siempre se toma un por ciento de su contenido, se vuelve a rellenar. Lo que hacíamos en la época de Bacardí era bueno, y lo que hacemos actualmente es mejor, y en el futuro, será mucho mejor el ron que se fabrica en Santiago de Cuba”— dijo.
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“Los rones especiales o conmemorativos son producciones muy limitadas porque llevan grandes cantidades de bases añejadas que serían las que agotarían esas reservas en la nave de añejamiento” asegura Rita, y explica que “es potestad de los maestros roneros decir cuántas botellas se pueden producir en esas ediciones especiales, porque son ellos los encargados de proteger ese patrimonio y que no se agote. Ellos tienen la última palabra”.
Para Rita otra de las singularidadesde los rones que se producen en Santiago de Cuba, está en el propio barril que se emplea en el añejamiento, “ellos aportan el aroma, color y sabor del ron”.
“Si se agotaran las bases añejadas habría que empezar desde cero. Por eso es que los Bacardí sintieron tanto la pérdida de su bodega, porque iban a cumplir 100 años, y dejaron todo esto pensando que rápidamente iban a retornar. Para mala suerte de ellos no pudo ser, y para beneficio nuestro se mantiene la fábrica. Ellos, aunque siguen produciendo ron Bacardí, no tienen denominación de origen”, asegura.
La historia del ron ligero cubano tiene como fecha de origen 1862 con Facundo Bacardí, “y por eso se dice que Santiago de Cuba es la cuna del ron ligero, porque aunque en el país siempre se hizo ron como subproducto de la producción de azúcar, con la tecnología francesa e inglesa era más bien un aguardiente, bastante pesado y con muchos grados alcohólicos, y los principales consumidores eran los propios esclavos en fiestas religiosas, los piratas, campesinos, pero fue el arribo de los emigrantes catalanes que surge el ron ligero. Este se creó en Santiago de Cuba, nació aquí y se determinó a Bacardí como su creador, este nos identifica y con el tiempo se fue extendiendo por el Caribe cuando otros productores fueron imitando la fórmula de Bacardí y cuando este mismo lo extendió por México y Puerto Rico. En 1878, comienza a producirse el Havana Club con José Arechabala, pero el ron ligero cubano, nació en Santiago de Cuba”, cuenta Rita.
Otro mito relacionado con el nacimiento del ron ligero cubano tiene que ver con el propio murciélago, ícono de esa marca, y una palma, alrededor de la cual se creó la sede del famoso emporio.
Se dice que existían muchos murciélagos en la nave de añejamiento, y la esposa de Facundo Bacardí le sugirió usarlo como símbolo de la compañía, porque en América es símbolo de buena suerte; de la palma se cuenta que existió una frente a la casa de ellos, la que luego se convirtió en un edificio más grande y es hoy el inmueble de Cuba Ron, se plantea que ese árbol murió el día que ellos se fueron porque extrañaba a sus dueños.
“Emilio Bacardí, aunque era accionista principal, tengo entendido que no se dedicó mucho a la fabricación de ron, a este empeño se dedicó Facundo Bacardí, su hermano”— cuenta Rita.
El Ron Santiago de Cuba es una bebida aterciopelada, tiene un suave bouquet, exuberante, de gran permanencia, un aroma y sabor dulzón – los que se obtienen en la catedral del ron están entre los más dulces del país– debido a las mieles aromáticas con que se produce, las personas lo prefieren por el uso de algunos ingredientes como la canela, que le dan un toque característico, también por el aporte de los antiguos barriles, que pueden ser de whisky, coñac, brandy, algunos con 90 años de antigüedad y de roble, reservados para las etapas finales del proceso fabril.
Esta marca refleja el “modo de hacer ron”, una cultura que se trasmite de generación en generación, y se promociona como un producto único.
Ediciones conmemorativas
El ron Santiago 500, uno de los más “nuevos” añejos producidos en Cuba, honra el medio milenio de fundación de la ciudad de Santiago de Cuba, marcó un giro de imagen por cuanto se presentó en una botella en forma de diamante, una forma más estilizada y lujosa.
De la Catedral del Ron Cubano han salido bebidas consideradas joyas de la corporación Cuba Ron S.A., como los espirituosos Santiago de Cuba 485, Santiago de Cuba 490 y Santiago 500.