Reconoce prensa estatal que el salario deja a los cubanos "moribundos a mitad de mes"

El comentario del periódico 5 de septiembre da cuenta de la indigación de los cubanos por la situación de "desabastecimiento y escasez", que deriva en el aumento de los precios.
Prensa oficialista reconoce pésimos salarios
 

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En un artículo del periódico estatal cubano 5 de septiembre, publicado ayer viernes, se habla de los salarios en la isla en estos términos: "el bolsillo de los cubanos es una herida supurante. No sana".

El periodista va más lejos en su metáfora al reconocer que cuando al fin parece que será el momento de su curación, "el elevado costo de la vida, en perenne ascenso —con más énfasis dentro del sector privado y el mercado informal—, termina ocasionándole otro desgarro".

Y remata, solo en la introducción de un tema tan sensible, con que "se desangra sin freno y a chorros, hasta dejarnos nuevamente moribundos en la mitad del mes".

Con un salario medio de unos 35 dólares, luego del aumento en el caso del sector estatal presupuestado, no es mucho lo que se puede hacer en Cuba, donde la inflación crece al ritmo de la pandemia de Covid-19 y, antes de esta, ya era marcada cuando la carne de cerdo llegó a costar 70 pesos en moneda nacional, cerca de tres dólares según la tasa de 24x1 a la que se cotiza el peso convertible.

Este último se introdujo en la isla bajo un pacto social que lo equiparó al dólar estadunidense, aunque luego haya seguido circulando este último informalmente.

Para complicar aún más este ajedrez que es la economía cubana, la dolarización llegó fuerte este  2020 cuando se abrieron las tiendas en Moneda Libremente Convertible, donde se venden productos de "alta gama" a los que la mayoría no puede acceder por falta de dólares y remesas.

De toda esta trama habla el periódico 5 de septiembre cuando se refiere a los "grados extremos" a los que llega "esta masacre", si bien matiza con que "si hace un año el gobierno cubano no hubiese favorecido con el incremento salarial a los trabajadores del sistema presupuestado, los poco más de 400 pesos (CUP) que muchos ganaban entonces ni siquiera alcanzarían hoy mismo para intentar reposar la cabeza sobre la almohada y pensar en el respiro del día siguiente".

Para quien firma el artículo la pandemia de la Covid-19 ha agravado este escenario, ya bastante maltrecho, que según reconoce es producto de "insuficiencias de nuestra economía", aunque también el periodista lo achaca al embargo; él escribe "bloqueo".

Con este escenario como telón de fondo, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez participó en la Jornada de Líderes Mundiales de la Cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre la COVID-19 y el ámbito laboral, celebrada de manera virtual el 8 de julio último, con la participación de jefes de Estado y de Gobierno, destacados líderes patronales y sindicales a nivel global.

Según una nota del sitio estatal Cubadebate, con el lema “Construir un futuro del trabajo mejor”, el evento es una plataforma de alto nivel en la que los representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, junto con otras partes interesadas de alto nivel, abordan "la incidencia económica y social de la pandemia de la COVID-19 en cada uno de sus países y regiones”.

Resalta cómo la prensa del régimen subraya que Cuba, país fundador, expone sus experiencias en materia de “protección laboral” durante esta etapa de enfrentamiento a la pandemia del nuevo coronavirus.

Por su parte, el comentario del 5 de septiembre da cuenta de la indigación de los cubanos por la situación de "desabastecimiento y escasez, que muy tempranamente algunos actores no estatales comenzaron a cobrar con el aumento de los precios a sus ofertas".

"Varios vendedores de alimentos ligeros —aprovechándose del déficit en la producción de harina de trigo y de su desaparición del comercio minorista—, elevaron las tarifas de sus comestibles. Por ejemplo, los paquetes de galletas saladas que antes de marzo, previo a la incidencia del nuevo coronavirus, rondaban los 15 y 20 CUP, subieron primero a 25, y ahora cuestan el doble de su valor inicial. Ha pasado incluso hasta con los servicios de belleza particulares, que tras recesar en los meses de confinamiento, reabrieron, en muchos casos, con alza en los costos de sus prestaciones".

"Así viene sucediendo desde hace meses -precisa- con casi todo lo que necesitamos para vivir, y en las últimas semanas pareciera que el globo de los precios está a punto de reventar. La anunciada unificación monetaria y cambiaria, y la consiguiente reforma salarial —que multiplicará en casi cinco veces la actual remuneración que perciben los trabajadores estatales—, ha desatado un incremento que resulta preocupante, aún sin que tales medidas estén en vigor".

Detalla además el artículo cómo de un día para otro, el precio de un simple café anda por los 10 CUP en algunas cafeterías privadas, y el de una botella de puré de tomate (que una semana atrás costaba 25 CUP) se ha empinado hacia los 30 pesos, y nada menos que en mercados agropecuarios estatales donde concurren distintas formas de gestión.

Pareciera que la ley del sálvese quien pueda sigue imperando en medio de un férreo control estatal que limita la iniciativa privada y la desestimula. Es probablemente lo que explica que los particulares se defiendan con esta frase: "Esto es oferta y demanda".

El diario oficialista reconoce que el ordenamiento monetario "disparará las tarifas pactadas entre las empresas mayoristas, con un fuerte impacto en el comercio común de bienes y servicios, que encarecerá la vida en el país".

Pero aun así alaba la reforma salarial, que debe permitir "sobrellevar lo que viene" y reparte culpas sobre privados porque sus precios se inflan cual "globos de cumpleaños para los magullados bolsillos que pagan".

 

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