Raúl Castro está estabulado. ¿Quién lo estabuló?

En los últimos 60 años ha sido noticia en varias ocasiones el reclamo en diferentes partes del mundo exigiendo que Raúl Castro sea enjuiciado por crímenes de lesa humanidad.
Raúl Castro
 

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En los últimos 60 años ha sido noticia en varias ocasiones el reclamo en diferentes partes del mundo exigiendo que Raúl Castro sea enjuiciado por crímenes de lesa humanidad, sobre un abundante número de pruebas que son de conocimiento público y que la dictadura nunca se ha tomado el trabajo de ocultar o negar.

El caso más reciente es el un grupo de once miembros de la Cámara de Diputados de Costa Rica, que presentaron la propuesta al presidente Carlos Alvarado.

El diputado exhortó al presidente y al canciller a que firmaran la iniciativa, y explicó que lo que desean es que Alvarado "asuma una posición con el régimen castrista y se solicita que ayude a que se forme una comisión para que cuando caiga el régimen cubano se lleve a juicio a todas las personas por lesa humanidad".

Los diputados también buscan que en el juicio político sean incluidos otros conocidos miembros del régimen de La Habana.

Este tipo de acción, aunque es aplaudida por gran parte del mundo democrático, es cuestionable desde el momento que obliga al dictador y su cúpula a pensar en que si cae el sistema pueden ser, no solo sentados en banquillo de los acusados, sino también condenados, lo que trae como resultado que estén dispuesto a todo con tal de no pasar por las manos de la justicia, algo que puede verse en el hecho de que la represión se ha intensificado en los últimos meses como respuesta a la cada vez mayor denuncia, resistencia y oposición del pueblo.

Más allá de las teorías de la conspiración, hay un solo motivo por el cual el menor de los Castro no dudó en sacar por primera vez al escuadrón de antimotines en 2007 para contener las protestas de los estudiantes pakistaníes en Jagüey Grande, Matanzas; muy diferente a la respuesta que dio Fidel a los sucesos conocidos como El Maleconazo, y la razón es que cada día son más los cubanos que están en contra del régimen, cada días son más los que salen a protestar a las calles, o los que buscan otras maneras de expresar su descontento u oposición.

 

 

Dentro de la Isla, aún Raúl cuenta con el apoyo del ejército, pero afuera la cosa es otra. Hay que tener en cuenta que al abandonar el cargo de presidente perdió la inmunidad diplomática, razón por la cual no puede viajar libremente por el planeta como haría cualquier ex presidente sin estar expuesto a ser capturado y extraditado a alguno de los países que lo reclaman.

Este año también se presentó en el congreso de Chile una moción para que se cree un tribunal internacional que juzgue a Raúl Castro por sus crímenes. Esta acción parte de la que hace poco más de un año, la Comisión Justicia Cuba presentó al presidente de los Estados Unidos, pidiéndole que enjuicie al Primer Secretario de Partido Comunista de Cuba por el derribo en aguas internacionales de dos avionetas de Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996, que no dejó sobrevivientes.

La Comisión Justicia Cuba invocó el acápite B de la sección 116 la Ley de Solidaridad y Libertad Democrática con Cuba, más conocida como la Ley Helms-Burton, que firmó Bill Clinton en 1996, donde el congreso, luego de condenar el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate y señalar tal acción como un acto de terrorismo, insta al presidente de los Estados Unidos a buscar en la corte internacional de justicia una condena por dicho crimen, que hasta el día de hoy sigue impune.

Asimismo, la Comisión Justicia Cuba solicitó a la Comisión Internacional de Derechos Humanos el apoyo en la creación del tribunal internacional en el que juzgarían, además de a Raúl Castro, a otros 42 miembros de la dictadura. 

Esta única acusación es suficiente para que el dictador prefiera quedarse tranquilo en su corral, aunque eso no va a evitarle ser juzgado en ausencia, como aseguró la Comisión Justicia Cuba.

Más allá de que llegara a ocurrir un juicio, y un tribunal encontrara culpable a Raúl Castro, este caso y otros similares, debieran enfocarse y publicitarse a favor de la reparación a las víctimas, que no son pocas. Es importante que se haga justicia entre los hombres, pero más importante es que esa justicia sirva para que evitar que surjan más regímenes opresores como el de los Castro.

 

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