Profesor cubano denuncia malas prácticas médicas que provocaron muerte de su hermano

Edgardo Martín Lora denunció un conjunto de malas prácticas médicas que provocaron la muerte de su hermano en el hospital Saturnino Lora, de Santiago de Cuba
Hermano de Lora antes de ser operado
 

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El profesor cubano Edgardo Martín Lora denunció un conjunto de malas prácticas médicas que provocaron la muerte de su hermano en el hospital Saturnino Lora, de Santiago de Cuba, luego de ser intervenido quirúrgicamente tras horas de espera y sometido a una lamentable desatención en el posoperatorio.

Lora compartió fotos de su hermano en el hospital, donde horas antes de ser operado por fracturas en las costillas, derivadas de una caída, fue depositado “como un sindoliente” en una mesa de necropsia, sin las menores condiciones para la comodidad de un paciente que enfrentará una delicada cirugía.

“Quiero que observen estas fotos con detenimiento, con el mayor interés para que puedan luego entender la rabia que me embarga y el dolor que traigo en el alma”, escribió el profesor santiaguero en su perfil de Facebook, donde compartió imágenes ilustrativas de las pésimas condiciones a las que fue sometido su hermano.

Según relató, su familiar ya fallecido se cayó de un poste de electricidad en las primeras horas de la mañana del 2 de julio y fue trasladado al referido centro hospitalario, emblemático en la historiografía oficialista de la revolución cubana por ser uno de los objetivos del fallido asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.

“Después de estudios radiológicos, complementarios urgentes y punciones, se detectó fractura de cuatro costillas que le habían dañado los pulmones y requerían intervención quirúrgica, según los médicos no de tanta urgencia...”, detalló Lora.

Al mediodía, horas después de la caída, su hermano fue depositado en la mesa de necropsia en espera de la operación, que no se produjo hasta casi las seis de la tarde, cuando lo llevaron al salón. De acuerdo con Lora, después de operado, sobre las ocho de la noche, su hermano fue llevado a la “extraña cama” de la segunda fotografía, “en la que para subir el torso los innovadores de ese centro hospitalario idearon este mecanismo que dejo ustedes evalúen”.

“Los dolores con los que salió mi hermano de la sala de recuperación nunca cedieron, al contrario, aumentaron fuertemente y ninguna atención hasta pasadas las doce de la noche, a pesar de las llamadas de atención al personal médico. Le aplicaron a mi hermano una inyección que multiplicó su malestar y dolor… Conclusión… a las 3:32 minutos de la madrugada…fallece mi hermano”, prosiguió su relato el profesor.

A partir de la lamentable experiencia, signada por una evidente desatención a su familiar, Lora lanzó varios cuestionamientos que, si bien no le devolverán a su hermano, al menos permitirán entender mejor qué pasó y ayudarán a evitar que casos similares se repitan.

“¿Quién explica esto? ¿Fue el caso de mi hermano un caso aislado? ¿Los directivos y políticos de esa institución son ajenos a estas prácticas antimédicas? ¿Ese es el tratamiento habitual que se presta en esa institución? ¿Los hijos, hermanos, nietos y familiares de apellidos ilustres (no quiero ejemplos) corren esta misma suerte?... bueno esta última pregunta es ilógica… esos apellidos no van ni con esos médicos ni a esa institución…

Alguien me dijo que le escribiera a no sé quién para que se conociera la situación… pero creo que esta práctica es común y si se trabajara con entereza la debe conocer la dirección de ese hospital… además nadie me va a devolver a mi hermano, al que ya perdí, pero siempre vivirá en mi corazón… también con este hecho perdí algo más… LA CONFIANZA en la medicina cubana…”, culminó su post el profesor, muy querido en su localidad a juzgar por los comentarios recibidos en su denuncia.

Uno de sus sobrinos, Fernando Lora, agradeció sus palabras y denuncia. “Tu amor es muy grande para callar y ese amor está por encima de cualquier de esta nación que se ha degradado tanto, que lo que sentimos es vergüenza de ella”, escribió, además de agradecer también todas las muestras de apoyo que la familia ha recibido.

“Esas cosas ocurren, hay que estar en el hospital para ver lo que se pasa”, escribió una usuaria que se refirió a Lora como profe. “Mis condolencias y espero que alguien pueda responder a tus preguntas. No es justo”, comentó otra.

“No has sido el único que has pasado por esto amigo, tenemos muchos ejemplos de casos, pero ¿a quién se le puede decir? A nadie, ya no importa; si llevas a un familiar a ingresar tienes que sobornar desde que pones el pie en el hospital, empezando por la cama y terminando por las regalías a médicos y enfermeras para que atiendan bien a tu paciente”, denunció en su comentario María Moya, luego de dar condolencias a la familia Lora, “tan querida por todos”.

“No todos son iguales, pero al final la imagen pública del sector de la medicina está muy deteriorada y es bochornoso”, agregó, mientras Rosa Martínez apuntó que es bueno denunciar, pero que nadie con poder para cambiar esas cosas lee las denuncias y si conoce de ellas, no actúa en consecuencia.

“¿De qué revolución estamos hablando? Este dolor tan grande solo lo sienten los familiares y personas allegadas”, lamentó. Por su parte, René Reyes manifestó indignación y dijo que “duele tanta dejadez que costó otra vida humana… Tanta indolencia. Tanta tardanza. Tanta pobreza en la ‘Primera Potencia Médica de América”.

“Cuando uno denuncia esto hay cubanos que dicen que es mentira. Que somos traidores. No y no… Somos cubanos que, a pesar de vivir en un sistema distinto, queremos la mejoría de la nación cubana”, concluyó, legitimando la denuncia de Lora ante eventuales críticos, que de seguro intentarán mirar a otro lado y destacar los presuntos logros del régimen de siempre, marcados por el discurso oficial.

 

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