Policía política confisca medicamentos para activista cubano enfermo de cáncer

La lucha de Cristian Pérez por sobrevivir es ardua. Confinado a una silla de ruedas la mayor parte del tiempo, depende casi totalmente de su madre y de su esposa
Cristian Pérez Carmenate
 

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Fuerzas represivas del régimen cubano arrestaron la víspera a la opositora Yolanda Carmenate Fernández y le confiscaron los medicamentos que llevaba para su hijo enfermo de cáncer.

La activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotora de Cuba Decide, declaró a Radio Televisión Martí que fue desde su casa en Las Tunas a la sede de esa organización opositora a buscar los medicamentos para su hijo, el activista Cristian Pérez, quien padece cáncer desde que salió de prisión en 2019.

Relató que apenas se los dieron, se dirigió a la terminal de ómnibus y allí “fui objeto de un secuestro por parte de la policía política”. Los agentes la arrastraron hasta romperle los zapatos y la llevaron a la estación de la PNR más cercana, donde le quitaron el dinero, las medicinas y “otras cosas que traía”, precisó.

El opositor Cristian Pérez Carmenate recibió en noviembre de 2019 una licencia extrapenal por 6 meses, después de ser operado de su brazo derecho y no recibir la debida atención médica en la prisión Plan Confianza, en la provincia Las Tunas.

Carmenate acusa al régimen de inocularle a su hijo el cáncer que padece, y está solicitando una visa humanitaria para que el activista se pueda tratar sus problemas de salud.

Cristian ya ha denunciado en varias ocasiones que el régimen no le da la atención médica que necesita. En mayo acudió a una cita con el ortopédico, pero el especialista no le ofreció un diagnóstico concluyente. En la consulta explicó al médico todos los detalles de su evolución y la cadena de negligencias médicas que había sufrido, pero no tuvo respuestas.

El 12 de agosto de 2019, Cristian fue detenido y brutalmente golpeado por agentes de la seguridad cubana, y el ataque le provocó una fractura en su brazo derecho. En ese lamentable estado fue enjuiciado y enviado a la prisión “El Típico”, en Las Tunas.

Allí estuvo 40 días sin recibir ninguna atención médica. “Ni analgésicos me daban, solo recibía los que mi mamá me llevaba”, lamentó el opositor.

La lucha del activista por sobrevivir es ardua. Confinado a una silla de ruedas la mayor parte del tiempo, depende casi totalmente de su madre y de su esposa.

Esta política por parte del régimen cubano, de negarle atención a los opositores, está normalizada en la Isla y ha llevado a la muerte o incapacidad de varios opositores. 

 

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