Este 30 de abril el oficialista periódico Granma se hizo eco de una carta enviada a su redacción donde se le pide al régimen que rebaje el precio de kerosene.
Si bien puede que a muchos cause asombro que en 2021 aún exista gente en Cuba que use kerosene para cocinar sus alimentos, a otros va a molestar, como a los habitantes del Caney de las Mercedes, en Bartolomé Masó, provincia Granma, que el precio de ese producto no cumpla con los reclamos del pueblo.
En la carta publicada por Granma Ramón Zamora Suárez, su remitente, quien es vecino de Unidad 3, no. 17, en el Caney de las Mercedes, señala que "el día 11 de marzo de 2021, en la Mesa Redonda, la Ministra de Finanzas y Precios comunicó al país la rebaja del kerosene de los núcleos que cocinan con este producto. En el municipio de Bartolomé Masó, en Granma, no se ha aplicado esta rebaja".
Recordemos que con la llamada Tarea Ordenamiento el régimen había decidido aumentar el precio de kerosene, pero luego supuestamente debido a la presión popular, la administración de Miguel Díaz-Canel determinó hacerle una reducción al nuevo precio, el cual en definitiva, luego de la rebaja, sigue estando por arriba del que tenía este producto antes de la reforma.
Si absurdo es que casi dos meses después de que se aprobara el último precio aun en el municipio granmense de Bartolomé Masó no se haya aplicado, más aun lo es el hecho de que todo esto se haya desprendido de la Tarea Ordenamiento, una reforma que llevaba siendo pensada desde el mandato de Raúl Castro.
En la mencionada emisión de la Mesa Redonda la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, refirió que en el país hay 63 464 núcleos familiares que reciben kerosene para cocinar, combustible del que dependen también 822 refrigeradores según sus palabras.
La propia ministra aseguró que la rectificación en el nuevo precio del kerosene se hizo teniendo en cuenta la opinión de los cubanos, aunque cualquiera que conozca al castrismo sabe que esto está muy lejos de la realidad.
En 62 años de totalitarismo el régimen nunca ha escuchado al pueblo, y cuando da la imagen de hacerlo, ocurren cosas como esta que están viviendo hace casi dos menes los habitantes de Bartolomé Masó: las máximas autoridades determinan una caso, pero en las base se hace otra muy distinta.