Piden ayuda para niña cubana que perdió un ojo por falta de tratamiento

La pequeña Legna Verdecia Carbonell presenta un tipo de cáncer ocular, llamado retinoblastoma, que afecta específicamente la retina y que hasta ahora no responde ante la quimioterapia. 
La enfermera cubana con su hija enfermera
 

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Danielly Carbonell Mengana, tía de la pequeña Legna Verdecia, quien padece cáncer ocular, imploró este 17 de diciembre ayuda para la niña, quien necesita viajar a EEUU para un tratamiento médico que no está disponible en la isla.

Legna ya perdió un ojo y ha sido sometida a varias sesiones de radioterapia en vano; los médicos comunicaron a su madre, Mailyn Carbonell Mengana, que necesitaba tratamientos especiales, pero la pandemia de la COVID-19 impide el traslado a EEUU.

“Ayúdenme a difundir para ver si encontramos a quien nos ayude a hacer posible que mi sobrina pueda recibir un tratamiento que le salve su otro ojito y también su vida. Por favor, solo tiene dos añitos. Se los pide una tía desde lo más profundo de su corazón en nombre de su hermana y familia en general”, comentó Danielly en redes sociales.

La niña presenta un tipo de cáncer ocular, llamado retinoblastoma, que afecta específicamente la retina y que hasta ahora no responde ante la quimioterapia. 

Su madre, residente en la barriada de Santo Suárez, del municipio Diez de Octubre, contó a Cubanet en mayo que tras varios intentos fallidos “ya se le había suspendido la quimioterapia porque no le estaba haciendo efecto y seguían saliéndole tumores. Entonces el médico dijo que había que continuar con otro tratamiento con resultados en países subdesarrollados: el carboplatino”.

“Iba respondiendo muy bien al nuevo tratamiento… Cuando ya se esperaba que no tuvieran que ponerle ninguna otra dosis, en el ojo derecho volvieron a salirle muchos tumores”.

La radioterapia podría ser la otra posible opción para intentar frenar la dolencia de Legna, pero en infantes como ella puede ser letal. Ante el desespero de la madre, su médico le informó que existen otras variantes, pero solo en países desarrollados.

“Mientras haya una esperanza voy a luchar por mi hija, esté el medicamento donde esté, en cualquier rincón del mundo”, afirmó Carbonell Mengana.

Las declaraciones del especialista de su hija le dieron esperanzas y es esa la razón de que esté buscando ayuda y apelando a la solidaridad de otros. Su fin es salvar la visión y la niña, aunque no tiene mucho tiempo pues la enfermedad avanza con rapidez.

“Yo sé que muchas personas se van a solidarizar con la situación. Yo digo que mientras se le puedan salvar los ojitos a la niña tenemos derecho a hacer algo”, dijo la madre. “Le pido a todas las personas del mundo que me vean que me ayuden”, suplicó la madre.

La actual situación epidemiológica que atraviesa el mundo por la COVID-19 tiene paralizado cualquier proceso de tramitación de visas, y los viajes fuera y dentro de la Isla. Tal panorama no amilana a esta enfermera cubana que tiene esperanzas en que todo pueda resolverse sin extirparle el ojo a su hija.

Varios obstáculos se suman ahora a su pedido. Cuba posee una larga lista de ejemplos donde el burocratismo ha frenado los más humanos intentos de salvar la vida de pacientes con patologías complejas. 

En 2018, Rocío Bustamante Riverón, una niña de cuatro años de edad, paciente de linfagioma orbitario profundo no pudo atenderse en un hospital canadiense por las innumerables trabas que antepuso el Ministerio de Salud Pública del régimen cubano.