El sacerdote cubano Fernando Gálvez, párroco de la Iglesia Católica de San José de Lugareño, en Camagüey, cree en un mejor futuro para los jóvenes de la Isla.
Este miércoles, en entrevista con el medio independiente La Hora de Cuba, dijo que la iglesia debe defender a los oprimidos y ponerse del lado de las causas justas.
"La iglesia no hace política partidista pero es necesario que se meta en política en el sentido de que hay intereses comunes que la iglesia tiene que defender promover y custodiar".
"Todos tenemos un entorno inmediato y podemos correr el riesgo de quedarnos ahí; un padre de familia tiene que ocuparse de su familia y el sacerdote tiene que ocuparse de las necesidades inmediatas de sus fieles. Uno se puede quedar ahí pero el sacerdote no es un ente aislado, es una persona, ciudadano e hijo de una patria por la que también siente", añadió el cura.
Sobre su libertad de expresión señaló que: "Yo tengo que decir algo cuando veo las noticias. Cuando el sacerdote constata que las personas no tienen qué comer, le duele, porque él tiene que ir al mercado a comprar, porque él también come; cuando no tienen medicamentos le duele; cuando ve que alguien no se puede expresas porque tiene miedo (...) Puedo pedir leyes justas y defenderte y esa es una caridad efectiva".
También envió un mensaje a los jóvenes cubanos. "Los jóvenes son de sueños, de expectativas grandes. En Cuba están muchas veces frustrados porque no tienen posibilidad de realizarse. Es muy triste que te digan yo me quiero ir. Es necesario que los jóvenes sueñen y vean cómo pueden aportar y construir. Yo los acompaño".
El sacerdote se pronunció sobre el artivista Luis Manuel Otero Alcántara y su injusto secuestro de más de tres semanas en el Hospital Calixto García. "Muchas de las cosas que él está exigiendo yo estoy de acuerdo con ellas".
Gálvez, de 33 años, es uno de los firmantes de una declaración a finales de enero de 2021, con fuertes pronunciamientos a favor de libertades en la Isla, y exigiendo respeto a la sociedad civil.
Por sus denuncias sobre la situación del país ha sido amenazado.
"Desde hace varios días me llegan comentarios cada vez más insidiosos, sobre mi persona, y sobre la Iglesia en general a la cual está obviamente ligada mi persona. La desesperación por desacreditarme ante el pueblo los ha llevado a torpezas tan evidentes que, lo que debió ser un secreto, ya es un clamor que intimida a los más débiles y estimula a los más libres y despiertos. Frases como: Padre, cuídese, Ud. no tiene necesidad de eso, Padre, piense en su mamá, si a Ud. le pasa algo, Padre, no se vaya a angustiar, las ´bolas´ son para amedrentarlo, Padre, lo sentimos mucho, pero Ud. sabe, así funciona esto, nosotros sabemos, Padre no se preocupe, yo sé distinguir entre mi trabajo y mi persona, cuente conmigo", comentó en marzo el católico.