Continúan los ciudadanos cubanos desahogándose en redes sociales ante las dificultades que supone vivir en Cuba en plena crisis multidimensional.
“Tengo 33 años y no tengo un recuerdo dónde no haya miseria, mi infancia fue mi abuela en su máquina haciendo mis blumers con retazos de tela y cocinando con carbón en una cocina de madera que ya hoy tengo miedo le caiga arriba porque en pleno siglo XXI sigue cocinando ahí y diciendo viva Fidel cuando ese señor y toda su camarilla no se enteran de lo que es pasar trabajo en su vida” declaró en su perfil de Facebook la usuaria identificada como Sai Guerra.
La joven trabajadora por cuenta propia asegura que siempre intenta mantenerse con pensamientos positivos, “de no llorar o estresarme demasiado” pues sus padres “están enfermos de los nervios”. Sin embargo, este sábado 2 de julio se sintió “sobresaturada, al punto de llegar a casa y estallar en maldiciones, escalofríos y ganas de golpear al primero que me hable de manera calmada de un logro de este gobierno”.
“Me llama mi hijo y me cuenta que se está yendo a la escuela a pie porque no hay combustible para la guagua de la escuela, nada más y nada menos que cuatro kilómetros a pie en un camino donde no hay un solo árbol porque esa zona era de cañaverales y a alguien se le ocurrió hace años tumbar todo” explica.
Según el relato, el niño le contó a la madre "me voy para la escuela sin corriente y cuando regreso ya la quitan también".
Ante la compleja situación electroenergética que enfrenta el pueblo, Sai Guerra se cuestiona “¿cómo es posible que exista una sola persona en nuestro país conforme con lo que estamos viviendo?”.
“Me levanto y no tengo qué desayunar, salgo así a la calle a ver qué compro en el agro de San Rafael y llegando hay 50 revendedores que tienen todo lo que se supone que no hay. Pregunto por el precio del cartón de huevos y me dicen con los ojos brillosos que 1,100 pesos pero lo mejor es cuando digo que NO y me salta una conocida diciéndome orgullosa "niña están baratos porque Yoe los tuvo que comprar en 1,400” denuncia la joven.
Además Guerra señaló algunos precios desorbitantes que debe pagar el cubano para poder comer en la actualidad, como son: la libra de arroz a 70 pesos, el azúcar a 100 o el pollo a dos mil.
“Compro lechuga y unos limones y me salgo del agro insultada, me sentía obviamente entre el insulto y no haber comido nada fatigada, cojo un bici en campanario y hasta Santo Tomás que hasta la semana pasada podía costarme 150 pesos y cuando llego a la casa el hombre sonriente me dice que son 500” explica Guerra.
En el post, la joven cubana vertió la frustración que supone vivir en Cuba hoy, y reconoció que, aunque quisiera dejar el país, no tiene cómo.
“Me siento súper impotente al ver que el 11 de Julio nos duró tan poco y que todo ha ido empeorando y seguimos conformes” lamentó, a lo que sumó un reclamo que se hizo viral recientemente: “Miguel Díaz-Canel Bermúdez: VENDE LA ISLA o vende todas las carteras de tu señora y tus relojes y haz algo por esto porque si mi generación ya no cree en bloqueo imagínate a mí hijo que se levanta y acuesta sin corriente y sin qué merendar ¡YO QUIERO VIVIR!”
