"Me voy a morir sin ver la justicia": cubana no entiende por qué el gobierno la ignora

Esta cubana “dedicó toda su vida a la Revolución”, como ella misma reconoce en una publicación, ¿y con qué le pagan?: la indiferencia de las autoridades frente a su caso
Su techo está a punto de derrumbe
 

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Lausbel Mas Rojas “dedicó toda su vida a la Revolución”, como ella misma reconoce en una publicación en redes sociales, ¿y con qué le pagan?: la más absoluta indiferencia de las autoridades frente a su caso.

Y su caso no es el más grave, pero daría para qué pensar a cualquier persona en su situación. El techo de su casa, ya con muchos años, se está cayendo y no tiene cómo arreglarlo por su cuenta.

Ya pidió ayuda al gobierno a través de “todos los canales establecidos” —como dice la jerga castrista—, pero la única respuesta ha sido el silencio. Lo peor es que Lausbel ingresó su expediente para solicitud de albergue… en 1983. Casi 40 años de espera.

“Me gustaría entender qué criterios tienen en cuenta para personas en mis condiciones; creo que me voy a morir sin ver la justicia”, se lamentó esta cubana en redes sociales.


Pero el caso de Lausbel no es el único; cientos de cubanos están en su misma precariedad, sin recibir el más mínimo apoyo del régimen. Por ejemplo, Orlando Pérez García y su hija Ana Pérez Columbia, de 6 años, viven en condiciones lamentables en el antiguo Hotel Perla de Morón, en Ciego de Ávila, Cuba.

Los denunciantes compartieron un video en Twitter, en el que se observa el estadio completamente ruinoso del edificio, con basura apilada en el amplio pasillo de lo que antes fue el citado hotel.

ADN Cuba ha informado recientemente de denuncias similares: personas residiendo en viviendas en pésimas condiciones, y el denominador común de dichos casos es que las personas han buscado el apoyo del Gobierno cubano, para reparar sus casas o para ser trasladadas a otros lugares más dignos, pero no han obtenido ninguna respuesta.

Eso le pasó a Sara Conesa Rodríguez, una señora de la tercera edad, oriunda de Santa Lucía, en la provincia de Sancti Spíritus.

“Ella ya no sabe a dónde dirigirse, si alguien ve esta publicación por favor la casa está en muy malas condiciones, ella ya fue al gobierno, escribió al partido y no recibe respuesta”, dijo Jorge Conesa, hijo de Sara, en su cuenta de Facebook.

También Elizabeth Valdés se quejó de que por dos años ha advertido a las autoridades respectivas sobre el riesgo que enfrentan ella y otras familias en el edificio, en Villa Clara, pero hasta ahora solo le han dicho que espere.

Indignada, ella dijo que no esperará más y viajará a La Habana a protestar públicamente por esa ineficiencia gubernamental.

Mientras tanto, un oficial de policía aseguró este 22 de septiembre al activista opositor Maykel Osorbo que en Cuba “no hay problemas con la vivienda”.

En un intercambio verbal que tuvieron los uniformados con Osorbo y Luis Manuel Otero Alcántara, los primeros preguntaron por qué había aglomeración de personas en el solar donde viven ambos opositores, algo que favorece la propagación del coronavirus.

Los dos contestaron lo que todos los cubanos saben: que en Cuba sí existe un grave problema de vivienda, que muchos cubanos no tienen casa ni medios para comprarlas y que el gobierno se preocupa poco —o nada— por solucionar una de las situaciones más sensibles de la realidad cubana.