El Instituto de Meteorología de Cuba emitió un aviso de ciclón tropical para un fenómeno atmosférico que aún no alcanza la categoría de huracán y se traslada al sur de la isla, cerca de la península de Yucatán (México).
Se trata de la “depresión tropical 25” que, al mediodía de hoy, se encontraba en los 18.2 grados de latitud Norte y 84.8 de longitud Oeste, posición que la sitúa a 345 kilómetros al sur-sudeste de Cozumel, México y a 440 kilómetros al suroeste de Punta del Este, en la Isla de la Juventud.
Este sistema tiene vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora, con rachas superiores, y se desplaza con rumbo próximo al noroeste a razón de 15 kilómetros por hora, agregó la nota de la institución.
“Teniendo en cuenta la posición actual de este sistema y la trayectoria pronosticada, lo más significativo para Cuba serán los nublados con numerosos chubascos, lluvias y tormentas eléctricas asociados con sus bandas exteriores”, agregó.
En las próximas 12 a 24 horas se pronostica una gradual intensificación, pudiendo convertirse en tormenta tropical mientras se aproxima al nordeste de la península de Yucatán.
La temporada ciclónica se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre. Este año el Atlántico ha tenido una temporada muy ocupada. Hasta mediados de agosto, las estadísticas del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, siglas en inglés) muestran que normalmente hay siete sistemas con nombre. Este año, sin embargo, ha estado lejos de ser normal, 13 más que el promedio.
Una de las características más notables de la temporada ha sido cuán temprano se formaron cada una de las tormentas nombradas en relación con años anteriores.
Las tormentas Teddy y Vicky, por ejemplo, fueron las primeras con nombres que inician con T y V que se hayan registrado.
Sin embargo, nada de esto ha sorprendido a los meteorólogos, ya que se pronosticaba que las condiciones se combinarían para tener una temporada alta este 2020.
Las predicciones de la Administración Nacional Oceanográfica Atmosférica de Estados Unidos, en colaboración con la Universidad Estatal de Colorado, indicaban que este año vería casi el doble del número promedio de tormentas con nombre que las vistas entre 1981 y 2010.
¿Qué genera tantas tormentas?
Así como en la receta para un pastel, hay una serie de ingredientes que necesitamos para producir un huracán o una tormenta tropical. Estos incluyen una temperatura de la superficie del mar superior a 26 °C e inestabilidad en la atmósfera alrededor de África occidental.
También es necesario que haya poca cizalladura: cambios en la velocidad y dirección del viento en toda la atmósfera que pueden afectar el desarrollo de tormentas.
Y eso es lo que hemos visto en lo que va de año. Las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico han estado consistentemente entre 1 y 2 °C por encima de lo normal durante el verano.
Los meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado sugirieron que las anomalías en la temperatura de la superficie del mar se clasifican como la cuarta más cálida registrada.
Durante el resto de septiembre y hasta octubre, la temperatura superficial de las aguas seguirá siendo lo suficientemente alta como para potenciar la formación de más tormentas tropicales.
El otro ingrediente principal, la cizalladura del viento, también ha sido extremadamente baja desde julio. El último factor que contribuye al pronóstico de una temporada muy activa es un patrón climático natural llamado Oscilación del Sur-El Niño.
Esto describe el estado de las temperaturas de la superficie del mar y los patrones de viento en el océano Pacífico, que tienen implicaciones climáticas en todo el mundo. Cuando esta oscilación está en fase neutra o negativa, conocida como La Niña, la actividad de los huracanes tiende a incrementarse.
La NOAA anunció a mediados de septiembre que las aguas del Pacífico oriental se habían enfriado lo suficiente como para que se forme La Niña.
¿Está el cambio climático detrás de esto?
Vincular los ciclones tropicales con el cambio climático es complicado. Los climatólogos están investigando esta área y los estudios hasta ahora sugieren que podríamos ver tormentas grandes y más intensas en un plantea que se está calentándo.
Sin embargo, como hay tantos factores involucrados, no se puede decir si el cambio climático provocado por el ser humano tiene un efecto en temporadas únicas como la actual.